Tanta palmada nos ha abierto el apetito, así que hacemos otra cosa típica de domingo: comer un brunch, que es una mezcla entre desayuno y comida, el hamaiketako de toda la vida, pero con una dosis extra de calorías.
Continuando hacia el sur, llegamos a la Universidad de Columbia, una de las universidades más prestigiosas del país. El campus es una mezcla de jardines y edificios clásicos, toda una institución donde formarse. Aquí estudió Barack Obama... seguro que no paró de repetir 'yes, we pass!'.
Muy cerca, visitamos la Catedral de San Juan, que es la cuarta iglesia más grande del mundo y que se disputa con la de Liverpool el ser la catedral anglicana más grande.
En el centro de Manhattan se haya una extensa zona verde: Central Park. Los adinerados que viven en las inmediaciones salen a hacer jogging, pasear o simplemente tumbarse en el césped. Desde el interior te olvidas que estás en una ciudad que no descansa. Muy cerca vivían John Lennon y Yoko Ono en los apartamentos Dakota. En la entrada vemos cómo el portero le lleva los palos de golf a un vecino de Yoko, que aún sigue allí. Aquí sí que vive gente selecta... especialmente porque son los vecinos los que te tienen que aceptar para que puedas mudarte al edificio. Igualito que en la Cañada Real.
En la parte Oeste de Central Park se haya la Museum Mile, una cadena de museos a cada cuál más interesante. El que más llama la atención es el Museo Solomon Guggenheim, hermano mayor del homónimo de Bilbao. Al igual que el edificio de Gehry, el museo de Nueva York también fue creado por un arquitecto de renombre: el también americano Frank Lloyd Wright. De hecho, esta obra de 1959 se considera su pieza maestra. Lo que hace muy interesante a esta estructura es su interior en forma de espiral, de forma que el público puede ver las obras a medida que va descendiendo. En su momento tuvo mucha polémica, pues los cuadros había que ponerlos algo inclinados. Muchas creaciones de este arquitecto están en nuestra ruta, así que, iremos como pulgarcito con los trocitos de pan, descubriendo sus obras.
Agotados y con los pies pidiendo una tregua, nos vamos 'de bancos' al Metropolitan Museum of Art. No, no me refiero a que vamos a visitar uno de los primeros bancos de américa que quedó engullido dentro del edificio (que también lo vemos) sino a que, como en todos los museos, hay muchos bancos y eso nos servirá para poder acudir al banco más cercano en caso de agotamiento extremo. Lo primero que llama la atención es que el precio es 'recomendado', es decir, te sugieren 25$ por persona pero pagas lo que creas oportuno. Dejamos el pabellón ibérico bien alto y nos empezamos a dejar llevar por las interminables salas que hay. La colección es muy rica y variada. El Templo de Dendur, la Tumba de Perneb, arte de África, impresionismo francés, ... todos los países y todas las épocas tienen su espacio en el interior. La capital castellano manchega también tiene su representación en Vista de Toledo de El Greco. Por cierto, ¿cómo es posible que tengan una reja de la Catedral de Valladolid? Este es uno de esos museos a los que habría que dedicar todo un día, pero al cuál nos vemos obligados a hacer un recorrido general.
Y por hoy ya es suficiente. Haciendo cosas típicas del sunday, hemos disfrutado de nuestro último día en Nueva York... ¡¡ya volveremos este mismo otoño!!
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