15 sept 2011

Maryland + Virginia = Washington DC

Estamos en una playa de arena fina, nos damos un chapuzón en sus aguas cristalinas... y ¡¡suena el despertador!! Tengo los pies con más ampollas que una farmacia y ¡¡ójala fuera Rambo para no sentir las piernas!! Pero el estómago ha empezado a hacer gurrún-gurrún y oímos cómo nos llama la barra libre de donuts del desayuno.

Ponemos rumbo al sur y cruzamos el estado de Delaware. Es uno de esos estados pequeños que casi nadie sabe que existe... ¿Dela qué? ¡¡Delaware!! No tiene ningún lugar que nos llame la atención, así que pasamos al siguiente estado... Maryland. La ciudad más importante de este estado es Baltimore, así que paramos para darnos un paseo por la ciudad.

En general, las afueras de todas las ciudades que hemos visto hasta ahora son algo feas: las casas están descuidadas y las aceras, donde las hay, están para hacerse un esguince. Además, la gente de los suburbios no tiene muy buena pinta, aunque todo el mundo es muy agradable y te desea los buenos días. Por el contrario, los centros de las ciudades están muy bien urbanizados, con amplias calles y edificios muy elegantes.

Baltimore no es una excepción. Es el Getxo de Maryland, pero sin que la gente lleve el jersey sobre los hombros. El viejo puerto se ha convertido en una zona de bares y restaurantes, con lugares de interés como el Acuario Nacional. Atracados en el puerto hay unos cuantos barcos históricos. Entre ellos, destaca el submarino USS Torsk de la 2ª Guerra Mundial, al que le han pintado unos dientes para que parezca un tiburón y para el descojone del fondo marino.

Una curiosidad de Baltimore es el manuscrito Desiderata, que se encuentra el la Iglesia de San Pablo. Es un documento del siglo XVII escrito en latín que habla de cómo vivir la vida y ser feliz, sin hacer alusión a ninguna religión.

En Baltimore también se encuentra el primer monumento que se hizo a George Washington y el complejo cultural que el filántropo Peabody mandó construir. Entre los edificios que componen este último, se encuentra la biblioteca, un maravilloso espacio con galerías de hierro y miles de incunables.
Volemos hacia el coche y descubrimos que en los parquímetros se puede elegir la modalidad Violation. ¿A que horas pasan las señoritas revisoras? Esto parece el canal interactivo de Antena3...

Llegamos por fin a la capital de la nación: Washington Distrito de Columbia. A diferencia de lo que creen muchos, Washington DC no es un estado, sino un distrito federal situado en los estados de Maryland y Virginia, y dividido por el río Potomac. Después de comer y de registrarnos en el hotel, cogemos el metro para visitar la parte suroeste de la ciudad.

Para no tener que meternos en el centro de la ciudad, decidimos ir en metro. La parada más cercana está a unos 10 minutos andando. El problema es que, éste no es país para peatones, así que de vez en cuando tienes que jugarte la vida para cruzar algunas carreteras o ir por el césped porque a nadie se le ocurrió poner una acera en una zona residencial. Cruzamos lo que parece el Cobo Calleja washingtoniano (mayoristas chinos) y llegamos al metro, en el que destacan algunas cosas muy raras: curiosamente está muy oscuro; se paga en función de la hora del día y de las estaciones por las que vas a viajar; todas las escaleras mecánicas de bajada están estropeadas.

Nuestra primera visita es al Cementerio de Arlington, donde, además de miles de soldados, están enterrados personajes ilustres como Kennedy y su mujer. El cementerio es inmenso... y hasta te puedes perder en él. Frente a la tumba del soldado desconocido presenciamos una ceremonia en honor a unos veteranos del ejército. El momento álgido llega cuando suena el inmo nacional y todos los presentes se ponen la mano o en la sién o en el corazón. ¿Por qué lado va a salir el coronel general?

A diferencia de días anteriores en los que hemos sudado la gota gorda, hoy el día está lluvioso y han caído los grados farenheit. De hecho, sacamos por primera vez el paraguas. Como el día no está para andar deambulando por ahí, hacemos una pequeña aproximación a la parte de la ciudad en terreno de Maryland, de forma que nos dejaremos lo bueno para mañana.

Visitamos el Lincoln memorial: Es una escultura de 6 metros por 6 metros en mármol blanco. Tantas veces lo hemos visto en televisión, que es como si ya hubiéramos estado allí. Desde las escaleras del memorial es desde donde Martin Luther King dijo aquello de 'I have a dream'... a lo que si nuestro cansancio hablase, le contestaría 'So do we!'. En las inmediaciones, también vemos el monumento a Einstein, el memorial a la Guerra de Vietnam, la Reserva Federal, la Casa Blanca, etc.



El tiempo no da tregua, así que, nos vamos a cenar al Ben's Chily Bowl. Es el restaurante al que fue Barak Obama tras ser elegido. Es comida hipercalórica e ideal para poner a prueba tus arterias, pero ese cutrelux debe de tener su encanto, pues vemos que Nicolás Sarkozy o Bill Cosby han sucumbido a sus recetas. Sentado en la silla de Obama, ¿me haré demócrata o republicano?

1 comentario:

  1. no se si vais a mantener la linea en EE,UU.
    Le imprimo a ama lo que vais escribiendo en el blog. Os manda recuerdos y que lo paseis bien, Untxi como muchas zanahorias yama juega mucho con el.
    Agur

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