El Tsitsikama Village Inn no se podría calificar como hotel, ni como campamento o complejo. Es un conjunto de edificios coloniales del siglo XIX a los que se les ha añadido casas construidas de madera, restaurantes y bares. Guarda su aire clásico y te transporta al pasado, pero con las comodidades del presente. Hoy es sábado y hay mucha gente alojada pasando el fin de semana y seguramente todos menos nosotros sean propios del país. Muchos han ido a desayunar con la ropa de ciclista y otros con ropa de montaña. Estamos en Tsitsikama, una zona a la que los sudafricanos van a hacer rutas por el monte.
El nombre de Tsitsikama significa 'lugar de mucha agua'. Es un parque nacional y se caracteriza porque es una zona montañosa que atraviesan muchos ríos que desembocan en el Océano Índico. Una vez en el parque, hacemos la ruta de los puentes suspendidos, de aproximadamente una hora. Recorriendo la ladera de un monte se llega hasta la desembocadura del río Storms, donde hay tres puentes colgantes para ver el mar, el monte y el río.
En este lugar tan bonito descubrimos unos animales muy graciosos... Son nutrias de El Cabo, unos pequeños mamíferos del tamaño de un conejo que tienen una cara y patitas muy graciosas. Son bastante esquivos y en cuanto te acercas salen huyendo... ¡¡pero quiero coger uno y tocarlo!! Pues va a ser que no se va a dejar.
La Ruta Jardín está comprendida entre las provincias de El Cabo Oriental y el Cabo Occidental, y el punto que las separa es el río Bloukrans. Sobre el mismo hay un inmenso puente que queremos ver, y, para lo cual hacemos una ruta de dos horas por una carretera cortada. El paisaje se parece mucho a la jungla, ya que las hojas de los árboles son tan densas que parece que hubiera un manto verde sobre las montañas.
Siguiendo hacia el oeste, llegamos a Nature's Valley, otra de las secciones del parque Tsitsikama. Aquí, hacemos una tercera ruta de 9 kilómetros por un monte que bien podría estar en la cordillera cantábrica, pero que tiene el encanto de que en cualquier momento te puede salir un mono gigante a asustarte. La ruta transcurre rodeando el lago Grootrivier, en cuyos bordes hay unas casas ideales para descansar. El entorno lo tiene todo: montes verdes, lago de agua dulce, unas islas de arena y el océano azul.
Plettenberg Bay es otra de esas localidades en las que hay una muy buena calidad de vida: mansiones increíbles, vistas a un humedal y al océano, todo muy ordenado... hasta que unos kilómetros más lejos ves el lado oscuro: un suburbio con casas destartaladas en las que vive la población negra. Aunque se ve que muchas familias han prosperado y han construido una casa mejor, sigue quedando claro que hay una alarmante división de raza y de clase.
En Knysna encontramos un puerto deportivo con tiendas y restaurante donde se está 'la mar' de bien. Es el Knysna Waterfront y uno de los platos típicos aquí son las ostras. Como hoy es el cumpleaños de Pablo, empezamos la celebración tomándonos de merienda una docena de ostras cada uno. ¡¡Qué rico el sabor de mar mezclado con un toque de limón!! En las tiendas Pablo compra un objeto que llevaba tiempo buscando: una cáscara de huevo de avestruz. A juzgar por su tamaño, ¡¡menudas tortillas que se podrían hacer!!
Al estar más al oeste notamos que el sol se pone más tarde. Aún así, los horarios comerciales son los mismos que los del resto del país, así que va tocando recogerse. Conducimos hasta Oudtshoorn, un pueblo famoso por las avestruces. Después de dejar las cosas en el confortable apartamento que hemos alquilado, salimos a cenar a The Black Swan, un restaurante que nos aconseja la dueña del apartamento. Como no podía ser de otra forma, pedimos carne de avestruz, ¡¡y está riquísima!! Pensábamos que se iba a parecer al pavo y no, se parece más a la ternera, pero con más consistencia. Mañana aprenderemos un poquito más sobre este simpático animal.
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