9 mar 2016

Orígenes y uniones

Viejo plobelbio chino decil... 'Después de boda venil clios'. Pues va a ser verdad porque al recoger el coche de alquiler nos dan un Renault Clio de color rojo cereza, un modelo que nos encanta. Aunque tiene el volante al otro lado, veremos qué tal nos queda este modesto gran coche porque ¡¡queremos tener un Clio!! Pero antes de que nos den las llaves, toca hacer todo el papeleo y la impresora no deja de echar folios... ¿es un contrato o el libro para la escuela de idiomas de zulú?

Pablo ha conducido ya en varias ocasiones por la izquierda, así que, si yo no me lío mucho con la izquierda y la derecha, seguro que saldremos vivos de ésta (¡¡confío en el GPS!!). Tardamos un poco en salir de Johannesburgo, ya que hay mucho tráfico y muchos semáforos, pero con un poco de paciencia llegamos hasta la autopista.

Nuestro primer destino de hoy es La Cuna de la Humanidad (The Cradle of Humankind), primer lugar Patrimonio de la Unesco que visitamos en nuestro viaje. Se podría definir como el Atapuerca de Sudáfrica, habiéndose encontrado aquí los restos humanos más antiguos del mundo que datan de hace 7 millones de años. Les han puesto hasta nombres: Little Food, que se piensa que era un niño, y Mrs. Pels, de la cual sólo se encontró el cráneo.

Realmente, la Cuna de la Humanidad no es un punto concreto, sino un amplio terreno lleno de diferentes cuevas en las que se han encontrado 'huesitos'. De hecho, se podría decir que el propio continente africano es el origen de la humanidad, ya que desde aquí se fue expandiendo el ser humano (cuando ya no se consideraba mono) hacia otros continentes.

Dentro del parque, visitamos las cuevas de Sterkfontein, donde se han hallado muchos restos. Lo curioso es que no fue una cueva habitada, sino que los restos eran de personas que cayeron por los agujeros que había en la superficie y que se han conservado entre sedimentos. Una simpática guía nos cuenta cómo los fósiles fueron encontrados por unos mineros italianos y cómo otras personas investigaron la cueva. Entre ellos, Robert Broom que le dedicó más de cincuenta años de su vida y cuya estatua está a la salida. Frotarle la nariz da suerte y frotarle la mano da sabiduría; como sólo se puede elegir una, optamos por la nariz, a ver si así el euromillones deja de resistírsenos.

El otro punto del parque de obligada visita es Maropeng, un centro de interpretación que comienza con unos rápidos de agua donde descubrir los cuatro elementos de la naturaleza (viento, agua, tierra y fuego). Después se pasa a un museo que es totalmente interactivo, y donde se puede aprender desde cómo se formó la tierra hasta cómo debemos cuidar de ella. El edificio es muy curioso, ya que pretendía tener forma de tupper de fósiles, aunque se asemeja más a un volcán.

Camino a Pretoria, y aprovechando un enorme atasco en la carretera, nos desviamos para visitar el monumento Voortrekker, que conmemora la unidad de los holandeses frente a la invasión inglesa. Es un edificio grande pero vacío, en cuyo centro hay una tumba del soldado desconocido a la cual ilumina un rayo de sol cada 16 de diciembre a las 12:00. Eso si no llueve, como es el caso. Desde lo alto del monumento se puede disfrutar de unas bonitas vistas de Pretoria y de algunos búfalos que están por los alrededores.

Retomamos la carretera y llegamos a Pretoria, la capital administrativa del país (Blohemfontein y Ciudad del Cabo son las otras dos capitales). Uno de los iconos de la ciudad es el edificio de la Unión, llamado así para promover la unidad sudafricana. Fue construido en 1910 en una colina y delante del mismo hay una inmensa escultura de Nelson Mandela. Es el héroe nacional y quién firmó la constitución, así que no podía faltar en el edificio de la Unión.

Como Johannesburgo, Pretoria es una de esas ciudades en las que las oficinas están en el centro de la ciudad pero que al finalizar la jornada se queda vacía. Cayendo la tarde nos damos un paseo por Church Square, donde están el antiguo parlamento boer y el palacio de justicia. bellos ejemplos de arquitectura colonial holandesa.

Aprovechamos las últimas horas del día para llegar hasta Cullinan, población minera donde hoy dormiremos. Imaginaros la película: llueve intensamente, la carretera está cortada y tomamos un desvío, en el hotel con aire del far west somos dos forasteros y nos reciben dos mujeres con atuendos de saloon... entre estatuas de caza, viejos baúles y una cuna de madera en el pasillo, llegamos a la habitación. Hay tormenta y tras un relámpago se va la luz... ¡¡y me quedo sin batería para contaros el final!!

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