Unos ruidos en el exterior me despiertan en mitad de la noche. Hay alguien fuera y, dado que la nevera está en el porche, podría ser que nos estén intentando robar la comida. Armado de valor abro la puerta... ¡¡y un mono sale corriendo!! Ha estado hurgando en la basura y lo ha dejado todo revuelto, y menudo susto para ambos... Con un silencio total restablecido, vuelvo a la cama y me despierto otra vez sobresaltado... ha amanecido y seguimos durmiendo, ¡¡imperdonable!! Ni el programa "La Noche en 24h" nos deja tan tumbados. Hemos perdido la noción del tiempo y ya no sabemos si es sábado o domingo, y nos hemos liado con el despertador. Queríamos ver el amanecer en la sabana y a las 5:45 nos lo hemos perdido ya. Eh, que la gente ya ha recogido y nuestros vecinos se van ya. Ya no somos lo que éramos.
Entre una cosa y otra dejamos el campamento en torno a las 7 de la mañana. Empezamos la búsqueda de animales y, mucho antes de lo esperado, vemos un enorme rinoceronte blanco. Es muy bonito y nos hace una gran ilusión haber visto ya el tercero de los Big Five.
Seguimos peinando el parque y vemos gacelas, impalas, escarabajos peloteros, jirafas, papiones, tortugas, búfalos, cebras... y enormes elefantes que inspiran tranquilidad.
De repente, una escena nos sobrecoge: Unos chacales de lomo negro están devorando lo que parece ser un impala... y un numeroso grupo de buitres están esperando por las sobras. Los chacales desgarran la carne del animal a mordiscos, y cuando se van, los buitres picotean como pueden el festín que les han dejado. Dios, ¡¡estamos dentro de un documental de la 2!!
A menudo, cuando vemos otro coche parado nos paramos para mirar a ver qué han descubierto los demás. En un momento dado, vemos que hay unos cuatro o cinco coches parados... así que tiene que haber algo importante. Nos acercamos y preguntamos que a ver que hay...¡¡un leopardo!! Es uno de los más difíciles de ver, y, de hecho, incluso diciéndonos dónde está, tardamos bastante en identificarlo. Está dándonos la espalda, pero ahí está, a unos diez metros de nosotros subido a un árbol, posiblemente haciendo la digestión. ¡¡Cuarto Big Five encontrado!!
Apenas nos quedan un par de horas y se acaban las oportunidades de ver al rey: no me refiero a Juan Carlos (aunque nunca se sabe), sino al rey de la selva... ¡¡el león!! Busca que te busca, asistimos a otra escena del ciclo de la vida: unos buitres están devorando un hipopótamo. Con lo bonachones que parecen, nos da pena que haya acabado así. Por cierto que, mientras lo observábamos, veo que me ha picado un mosquito... ¡¡no quiero acabar siendo carne de buitre!!
Definitivamente, el león se nos ha resistido: lo hemos intentado pero nos vamos sin verlo. Como si de una recompensa se tratase, vemos unos últimos elefantes a muy pocos metros de nosotros y también a un par de rinocerontes cruzar la carretera a toda velocidad. Nos vamos habiendo visto cuatro de los Big Five, pero también una gran cantidad de animales. Pero toca ya despedirse del parque... ¡¡qué experiencia tan bonita!!
Salimos por Crocodile Bridge y ponemos rumbo al sur. Es curioso porque nada más salir del parque el paisaje cambia radicalmente: pasamos de un terreno seco a plantaciones de plátanos, mangos y azúcar, mezclados con frondosos bosques. Dejamos atrás el reino animal para entrar en otro reino: el reino de Suazilandia. Desconocida su existencia por mucha gente... ¿qué nos deparará el pequeño país de la tribu suazi?
Pues si que se parece a Cabarceno!!! Jjajajja igual igual... Qué chulo todo chicos..y me alegro que no os hayan comido los leones.
ResponderEliminarEstamos preocupados por vosotros, lleváis mucho sin actualizar y el tiburón es el lunes, ¿estás vivos? ¡os echamos de menos!
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