12 sept 2018

Xi'an, puerta de la ruta de la seda

Hoy es nuestro tercer y último día en la ciudad de Xi'an. Los turistas suelen venir aquí para ver los Guerreros de Terracota y no suelen parar a ver la ciudad en sí, algo que pensamos que es un error porque es una ciudad muy completa, con mil cosas para hacer.

Nos ponemos en marcha y de camino a la primera visita turística pasamos por un lugar donde oímos como una especie de explosiones. Nos pica la curiosidad y nos acercamos, y quedamos atónitos al ver que se trata de un grupo de gente practicando artes marciales, y en las que el ejercicio consiste en hacer ruido con una cadena de hierro como si de un látigo se tratara. Al mostrarnos interesados me dejan la cadena y me dan las instrucciones para intentarlo... cosa que no me puede salir peor... ¡¡no valgo para monje saolín!! En China, por lo que vemos, la gente queda en los parques para bailar, hacer gimnasia, tocar algún instrumento o simplemente jugar a cartas; resulta muy interesante ver el sentido de comunidad que tienen, algo que choca con el cliché individualista e interesado que tenemos de los chinos.

Xi'an ha sido muy importante a lo largo de la historia ya que desde aquí salían las diferentes variantes de la ruta de la seda. Antiguamente se la conocía como Chang'an y a ella acudían mercaderes de Europa y Asia en busca de joyas, piedras y metales preciosos; y, sobre todo, la seda, que se había puesto muy de moda en el imperio romano y cuya fabricación sólo la conocían los chinos. En recuerdo de la mayor ruta comercial de la antigüedad se ha erigido una escultura en el oeste de la ciudad; también hay un mapa donde se muestran los diferentes recorridos... ¿podíamos hacer algún día un viaje basado en ella, no?

Nos dirigimos después a ver la Pagoda de la Gran Oca Salvaje. Nunca hemos entendido cómo les ponen los nombres a los templos en China, que van en la misma línea que los nombres de los restaurantes chinos en España. Hemos visto ya muchos templos, así que nos conformamos con ver los alrededores: hay calles donde comprar recuerdos y restaurantes donde comer en la calle; a pesar de que no son ni las doce del mediodía, hemos hecho hambre y nos pedimos unos cuantos platos. Siempre se suele decir que la comida china en España no tiene nada que ver con la comida en China; si bien es cierto que se utilizan ingredientes poco habituales en los restaurante en España como los brotes de soja, algas, setas raras y tofu, hay que decir que el concepto de fondo es el mismo: el arroz tres delicias equivale aquí a arroces con diferentes complementos; el cerdo agridulce no lo hemos visto, pero sí otras carnes en salsas idénticas; los tallarines aquí no existen, pero su equivalente son los noodles, puestos de mil formas diferentes. Lo que sí que es cierto es que todo el mundo come con palillos; así que haberme llevado prestado un tenedor me está ayudando bastante, y la gente al ver que lo saco me sonríe como diciéndome que me entienden.

La zona en torno a la Pagoda está muy animada, y parece de reciente urbanización: hay museos, teatros, música clásica en las calles, imponentes esculturas y bonitos jardines. Tras peinar la zona, y, en vista de que no hay metro y no damos con el autobús adecuado, nos cogemos un taxi hasta otra de las pagodas importantes de la ciudad, la de la Pequeña Oca Salvaje... ¡¡esto parece el juego de la oca!! El lugar merece la visita, porque es como un enorme parque con su torre de la campana, torre del tambor, templos, estanque y un puente. Ya no les damos la importancia que tienen, pero seguro que cuando se nos terminen las vacaciones desearemos haber disfrutado más de estos idílicos emplazamientos.

Caminando con dirección al barrio musulmán, descubrimos un barrio muy interesante: hay tiendas de caligrafía, de cerámica, de bronce, de recuerdos, de ropa hecha a mano, ... No sabes dónde mirar porque todo es bonito... Pero a la vez, debido a que los "Todo a cien" de España están repletos de artículos chinos, no compramos ningún recuerdo por miedo a que parezca comprado en el chino de la esquina.

Casi por casualidad, descubrimos un "Bar de Gatos": aquí te puedes tomar algo mientras juegas con los pequeños felinos. Es un establecimiento pequeño y tendrán unos ocho ejemplares. Todos son preciosos, aunque se me resisten un poco y algunos se muestran impasibles. Hay uno gris que me encanta, pero que una chica china lo acapara y no lo suelta para que yo pueda jugar con él. Es una lástima, pero debido a mi alergia no podemos quedarnos mucho tiempo. ¡¡Pero me han encantado las gatas xianesas, que no siamesas!!

Acabamos el día en el barrio musulmán, ya que la fusión de lo chino con lo musulmán nos cautivó. A nosotros y a otras miles de personas, porque sigue igual de lleno de gente como el primer día. En muchos puestos habíamos visto sepias abiertas y a la plancha o rebozadas, y nos animamos a probar una. ¡¡Resulta estar muy rica!! El día no da para más y, después de recenar en el centro comercial bajo el apartamento, nos vamos pronto a la cama. ¡¡Mañana China nos volverá a poner a prueba!!

1 comentario:

  1. Que pasada lo de la sepia rebozada. Traeros una para aqui. jeje. YA veo que lo estais pasando muy bien.Disfrutad. Besos.

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