Dado que llegamos tan tarde al hotel, decidimos respetar las siete horas de un merecido descanso... con lo que el despertador del móvil no se activa hasta las diez de la mañana. Tras un Nescafé improvisado con el hervidor de agua de la habitación, salimos a la colindante y enorme estación Este de trenes. Ahí empiezan a contar las escasas ocho horas que tenemos para hacernos una idea de cómo es Hangzhou, una gigantesca ciudad de unos nueve millones de habitantes.
Si los emperadores de la dinastía Song del Sur pudieran ver en lo que se ha convertido la que fuera su capital, seguramente estarían muy orgullosos: el distrito financiero de Qianjing es, simplemente, impresionante. Es difícil captar en fotos los enormes y originales edificios que han construido: el hotel Inter Continental con forma de bola dorada; el ayuntamiento con cuatro edificios conectados por una pasarela; las dos torres con formas curvas del Raffles Center; e incluso el Estadio Olímpico Internacional al otro lado del río Qiantang. Y todo rodeado de cuidados, limpios y bonitos jardines en los que abunda la planta que Pablo bautizó como "pelo de chino".
Se dice de Hangzhou que es la ciudad más limpia y la mejor ciudad turística de toda China. La verdad es que está bastante bien, y nos da rabia tener tan poco tiempo para visitarla. Una de sus joyas es el Lago Oeste, Patrimonio de la Humanidad. Tiene pabellones, pagodas, jardines y muchos edificios históricos dispersos por las orillas de todo el lago. Nuestra idea inicial era recorrerlo en una bici de alquiler o hacer un recorrido en barco; pero debido a que no tenemos mucho tiempo, nos tenemos que conformar con sólo pasear por uno de sus kilométricos laterales.
Hay muchos lugares de interés, pero debido a la falta de tiempo apostamos por visitar la calle Zhonghe. Se trata de una zona en la que se mezclan edificios coloniales, con mezquitas, con tiendas y restaurantes. Es un lugar con mucho encanto, ya que es como un viaje al pasado con pequeños establecimientos donde puedes ver cómo trabajaban los artesanos. Y también se pueden visitar unas antiguas farmacias, llenas de productos de la medicina tradicional china: bolsitas de especias, bichos, hierbas, botes de raíces y hasta de culebras en formol. Aunque uno tiene que estar muy enfermo (y muy loco) para digerir esas cosas, es cierto que de alguna forma piensas "si han colocado ahí esa cosa rara y fea es porque tiene que dejarte el cuerpo nuevo como el de un adolescente". Definitivamente a la farmacia de Casasbuenas le falta un camaleón buceando para que Sagrario dispense pestañas del bicho contra los problemas de próstata.
Nuestra breve excursión por la capital de la provincia de Zhejiang termina dando un último paseo por el Lago Oeste. Casi ha anochecido, hace calor y mucha humedad, los chinos pasean ajenos a la nostalgia que empieza a aflorar en nosotros... hoy es nuestro último día visitando China. No nos hemos ido aún, pero ya la empezamos a echar menos... ¿o es simplemente que no queremos volver a la rutina habitual?
Volvemos al hotel a por nuestra mochila... pero, ¿cómo finalizar mejor nuestro viaje que corriendo por la inmensa estación este de trenes? Pues sí, ahí estamos de nuevo, perdidos porque no recordamos en cuál de sus decenas de salidas está nuestro hotel... hasta que lo encontramos, cogemos las mochilas y de nuevo corriendo a pasar el control de billetes, el control de equipajes, buscar la puerta de acceso al andén y respirar de nuevo aliviados al ver que lo hemos vuelto a conseguir (le estamos cogiendo el gustillo a correr por estaciones y me veo yendo a Atocha a echar unas carreras para quitarnos el mono). Nuestro último tren bala nos lleva a donde comenzó este viaje-aventura, nos lleva a Shanghái. Desde la estación de Honqiao, cogemos el metro para recorrer 27 estaciones durante hora y media, y llegar al hotel al lado del aeropuerto donde dormir esta última noche antes de emprender el camino de regreso a casa...
Estupendo viaje y mejor Blog !! No defraudáis ...
ResponderEliminarChina me ha sorprendido, ciertamente, .... aich ya estoy esperando vuestra próxima entrega... ¿Dónde toca?!! :)
Esther.-