17 ago 2016
Tesalónica: El evento
Hasta las seis de la tarde el día ha sido parecido a lo que suele ser una jornada habitual en nuestros viajes: descubrir lugares interesantes y disfrutar de la cultura de otros países. Y así lo hemos contado en la entrada anterior. Sin embargo, en esta segunda entrada de hoy hay una gran sorpresa.
En Tesalónica hay muchas iglesias: grandes y pequeñas; antiguas y modernas; sobrias y recargadas. En una de ellas, mirando los frescos, nos saluda el sacerdote y nos pregunta que de dónde somos. Entablamos conversación y para no molestar a los fieles que van a rezar nos invita a su oficina, donde hay aire acondicionado y agua fresca. Calculamos que tiene unos 35 años y se defiende muy bien en inglés, así que la conversación es muy amena. Hablamos de nuestro viaje, de nuestros países y del suyo, de la situación con el país de Macedonia, de la crisis griega, de política en general, ...
Y cómo no, hablamos también de religión porque, al fin y al cabo, es su oficio. En nuestra condición de casados, y ante un sacerdote ortodoxo, cuando se tocan temas como la pareja o la familia ponemos especial cuidado en lo que decimos, no vaya a ser que con toda la buena intención del mundo podamos ofenderle y nos veamos en una situación embarazosa. Sin embargo, en un momento dado apela a nuestro estado civil... y le confieso que estamos casados, entre nosotros. Soy de la opinión que con honestidad y respeto se llega a todos los sitios, y también se puede salir de ellos... si nuestro enlace le ofende, bastará con despedirnos con el mismo respeto con el que hemos entrado.
Sin embargo, la noticia le alegra enormemente y así lo demuestra dándonos la enhorabuena y sendos abrazos. La tensión latente en torno al tema desaparece y hablamos tranquilamente de los años que llevamos juntos, de nuestros sentimientos y de nuestra boda. Aunque es un sacerdote ortodoxo, ha llevado la palabra de Dios por Islandia, Alemania y Austria, entre otros países; y seguramente el contacto con otras perspectivas de la misma fe ha moldeado su forma de ejercer el sacerdocio. Nos cuenta que para él la Biblia es la guía que ha de regir el corazón y el amor entre las personas, y que no se debería utilizar para juzgar el estamento del matrimonio en su aspecto social.
Visiblemente feliz por ver que a pesar de las dificultades ha triunfado el amor, y al decirle que, evidentemente, estamos casados sólo por lo civil, se ofrece a bendecirnos y que, incluso, si queremos a casarnos. Al principio no damos crédito de lo que está ocurriendo... ¿casarnos por la iglesia ortodoxa en Tesalónica de forma improvisada? La iglesia ortodoxa no casa gente del mismo sexo, por lo que no podrá darnos ningún documento donde conste el enlace religioso. Pero que él, como siervo de Dios, si queremos confirmar nuestro enlace ante Nuestro Señor, nos casa por el rito ortodoxo.
Y evidentemente decimos que sí. Le damos nuestras alianzas y empieza con la liturgia del matrimonio. Como nosotros no entendemos el griego la realiza en inglés. Nos bendice a nosotros y los anillos; aunque se suele hacer con unas coronas, pasa los anillos sobre nuestras cabezas; después nos manda juntar nuestras frentes mientras lee las lecturas bíblicas. A diferencia de en la iglesia católica, no se dice el 'sí quiero', pero sí nos manda ponernos el uno al otro la alianza. Apenas son cinco minutos que se nos pasan volando, y que, como es habitual por los nervios uno luego no se acuerda de todo lo que ha dicho el cura. Eso sí, cuando finaliza, nos dice que podemos darnos el beso de recién casados. Ha sido muy emotivo y lo hemos vivido con mucha intensidad, pues nunca pensamos... ¡¡que nos pudiéramos casar por la iglesia!! Luego, para celebrarlo nos ha invitado a tomar un café en un bar cercano, donde hemos seguido charlando hasta que ha llegado la hora de despedirnos fundiéndonos en un abrazo.
Quizá alguien piense que no ha sido más que un pequeño teatro... y por eso igual no está de más traducir del 'ortodoxo' al 'católico' todo lo que ha ocurrido. Lo primero aclarar que la iglesia ortodoxa y la iglesia católica comparten las mismas creencias (sólo hay algunas diferencias en la jerarquía y en las formas), por lo que el significado del rito es el mismo. Por otro, aclarar que no ha sido en cualquier lugar... Tesalónica tiene un millón de habitantes, por lo que equivaldría a Barcelona en España; aún así, imaginemos que estamos en nuestras ciudades natales que aún siendo más modestas son considerablemente importantes. Pues si paseando por Toledo o Bilbao, entramos a una iglesia de cierto estatus eclesiástico y un cura se ofrece a realizar la liturgia completa del matrimonio, estaríamos igual de casados que si lo hace ante doscientos invitados. Nuestros compromisos, voluntades y obligaciones son las mismas... y la bendición en nombre de Dios es la misma nos dé después un justificante de matrimonio o no.
Así pues, hoy, 17 de agosto de 2016 nos hemos vuelto a casar. Tenemos fotos del enlace y hasta un icono que nos ha dado el sacerdote como regalo de boda... pero no subimos las fotos al blog ni revelamos el lugar exacto para proteger la identidad del sacerdote, no vaya a ser que este acto de buena fe le pudiera causar algún problema. Pero nunca se sabe... según él mismo reconoce, igual hemos hecho historia, realizando la primera boda gay por la iglesia en Tesalónica. Lo que sí es seguro es que... ¡¡él ha hecho historia en la historia de nuestras vidas!!
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Emocionante es poco, la mejor entrada del blog entero ¡me alegro muchísimo por vosotros! Sólo vosotros os podíais casar viajando, sois amazing!!!! (guiño a Dora la exploradora)
ResponderEliminar¡¡¡Muchas Felicidades!!! me alegro por vosotros. Eva
ResponderEliminarzorionak berriro!!!Solo pasan estas cosas cuando se viaja.Me alegro mucho. Quiero ver mas besos, no solo en las bodas jeje
ResponderEliminarCasarse otra vez es un lujo, felicidades!
ResponderEliminarQue bonito u que detallazo tan increíble ppr parte de ese sacerdote...me alegro mucho por vosotros porque se que sois creyentes...habeis hecho historia y¡Quiero ver las fotos!. Os quiero mucho guapos!!!
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