8 ago 2016

Mitos de Ática

Hoy recogemos el coche de alquiler, el cual nos ayudará durante las dos próximas semanas a recorrer las carreteras griegas en busca de lugares interesantes. El coche que nos dan es un Nissan Micra gris, muy acorde al tipo de coche que hemos estado viendo estos días. Mientras Pablo comprueba que todo es correcto, yo presencio la caída de una anciana a la cual socorro inmediatamente. Se ha quedado algo asustada y me pide que la acompañe hasta un lugar cercano. Con agrado la asisto, sujetándola para que camine con confianza; tras unos minutos y viendo que se vale por sí misma, le indico que debo volver o me veré tomando café con ella en un sofá con funda de ganchillo.


Salir de Atenas es lento pero fácil, ya que la gente es bastante tranquila conduciendo. El primer lugar que intentamos visitar es el Palacio Real de Tatoi, donde nació la Reina Sofía de Grecia y Dinamarca hace 77 años. El palacio no es un lugar turístico y no conseguimos ni acceder a él ni verlo desde la distancia.


Seguimos nuestro camino y llegamos hasta Maratón, donde primero visitamos una presa que está hecha nada más y nada menos que de mármol blanco. No es de extrañar, ya que Grecia es el mayor exportador de mármol del mundo. Aunque pudiera pensarse, los maratonianos no se caracterizan por ser aficionados al running... Resulta que aquí se libró una batalla entre unos cuantos atenientes y 15.000 persas; de los primeros murieron 192 cuyos restos se encuentran en un túmulo funerario que hoy está cerrado; de los segundos murieron unos 6.000, vamos que les 'dieron pal pelo-poneso'. ¿Y por qué se asocia entonces con correr? Pues resulta que un guerrero corrió los 41 kilómetros de distancia hasta Atenas para dar noticia de la victoria, tras lo cual cayó muerto de agotamiento. ¡¡Pero si el mérito estaba en no perderse!!

Un poco más al sur, visitamos las ruinas de Braurión. Aquí es donde se estableció como 'religión oficial' el culto a la diosa Artemisa, diosa de la caza. Como era de esperar, sólo quedan en pie algunas columnas de lo que fue el templo original. Y del templo de  Artemisa nos vamos al de Poseidón, dios de las aguas. De éste también quedan sólo unas cuantas columnas, pero el emplazamiento en el cabo de Sunio lo convierte en un templo de postal; de hecho, es el que Danone mostraba en su yogur griego cuando empezó a comercializarse... ¡¡joroña que joroña!!


Recorremos la nacional 68 que bordea la costa, donde hay multitud de playas tranquilas en las que se puede aparcar y que no están sobreexplotadas. Hacemos una parada en un lugar muy curioso: el lago Vouliagmeni. Se trata de una gran piscina natural de aguas termales a muy pocos metros de la playa, pero a su vez bajo un monte cortado.


Hoy se nos están resistiendo algunas visitas, ya que es lunes y algunos lugares cierran al público. En esa lista tenemos que añadir el Monasterio de Dafne, que es Patrimonio de la Humanidad por poseer el conjunto mejor conservado de mosaicos del primer período bizantino. Nos tenemos que conformar con algunas fotos del exterior e imaginarnos cómo será el Cristo Pantocrátor que está pintado en el techo desde el año 1100. Lo que sí encontramos abierto son las ruinas de Eleusis, donde la leyenda cuenta que Perséfone, casada con Deméter, dios de los infiernos, podía salir tres meses al año. Con el calor que hace, seguro que en agosto se quedaba en el fresquito inframundo.


Al haber encontrado cerrados algunos sitios, vamos muy bien de tiempo, así que adelantamos nuestra primera visita en la región del Peloponeso, y lo hacemos con un plato fuerte: el canal de Corinto. Construido en 1893, tiene 6,3 km de largo y 23 metros de ancho, y evita que los barcos tengan que navegar unos 400 kilómetros para salvar la península del Peloponeso. Es toda una obra de ingeniería, similar a la de Panamá, pero sin papeles.


A pocos minutos andando se encuentra el hotel donde nos alojaremos esta noche, situado en pleno istmo de Corintio. No sé cómo lo hacemos, pero nos dan la mejor habitación del hotel, con una terraza casi tan grande como la habitación. Como aún luce el sol y la temperatura es agradable, nos vamos a la playa en Loutraki, una localidad costera llena de turistas rusos. Y así acaba el día de hoy, dándonos un chapuzón en el mar Jónico y durmiendo frente al Egeo... ¡¡qué mar-eo!!

1 comentario:

  1. Nos gusta mucho leer vuestro blog. Seguid contandonos cositas que a Unai y a mi nos encanta. Besos.

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