14 ago 2013

Llegada a Japón

Son las cuatro de la mañana y sobrevolando China, ¡¡nos sirven la cena!! Es la tercera vez que cenamos, pero como ponen unas cosas tan ricas, no nos resistimos. Cuando elegimos los asientos Pablo eligió menús diferentes al habitual, y esta vez toca menú hindú. El olor al curry nos abre el apetito, y, después, a domir. Tras largas horas de profundo sueño, nos despertamos entrando por la costa de Corea del Sur, y empiezan a servir los desayunos. O para este ciclo de comer y dormir, o nos van a confundir con luchadores de sumo y la pasajera de al lado va a pedir que suban la música, porque lleva ya dos botellas de vino en ese cuerpo japonés tan chiquitín.

Aterrizamos en el aeropuerto de Narita, pasamos el control de pasaportes, recogemos el equipaje y el control de aduanas, y... ¡¡ya estamos en Japón!! Lo primero que hacemos es validar el Japan Rail Pass, un bono que compramos unas semanas antes y con el que podremos recorrer todo el país en tren. La gente parece muy simpática y, sobre todo, muy eficiente. El tren Narita Express que nos lleva a Tokio sale a la hora exacta. Una vez en Tokio, con muchos menos problemas de los que pensábamos que ibamos a tener, cojemos nuestro primer Shinkansen, un tren de alta velocidad que nos lleva hasta Nagoya. ¡¡Arriba los pantógrafos y conecten la tracción a las 120 ruedas!!

Entre las diez horas de vuelo y las tres de tren, ya no sabemos ni dónde estamos... ¡¡pero por fin disponemos de una cama!!

1 comentario:

  1. garbiñe, jon, unai y maider15 de agosto de 2013, 22:17

    me alegro de que hayais dormido bien. Os lo mereceis de verdad. ya no sois turistas sino aventureros. Agur.

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