16 sept 2012

Tallinn, la gran deseada

Los primeros trenes de la mañana empiezan a circular por la estación central, y nosotros empezamos a prepararnos para visitar la ciudad. Pablo se levanta bastante animado y después de la ducha decide ponerse a limpiar el baño... pero todo se debe a que las modernidades a veces no están bien pensadas, e integrar el suelo de la ducha con el del resto del baño hace que se forme un pequeño charco. Un barredor de agua (que no fregona) está a disposición de los huéspedes, para que echen unas partidas a un juego que podríamos llamar 'agua-golf', pues consiste en hacer llegar el máximo de agua al sumidero.


Ayer exploramos Toompea, la parte alta de Tallinn, así que hoy recorreremos la parte baja de Vanatalin (el casco histórico) y los alrededores. Empezamos nuestro paseo donde lo dejamos ayer, en la plaza del Ayuntamiento. Este edificio gótico tiene más de 600 años y de él destaca su campanario. Por su estilosa forma, algunos lo apodan con el nombre de 'el cisne blanco' y otros dicen que se asemeja a un minarete, pues fue construida según un esbozo que trajo un explorador del Oriente. La veleta en forma de guerrero con espada que se encuentra en la cima ha protegido el edificio desde el año 1530 y es conocida con el nombre de El Viejo Tomás (Vana Toomas); éste era un muchacho que tocaba las campanas cuando había peligro. Supongo que no pararía de hacerlo... pues los canalones tienen una original... ¡¡forma de dragón!!

Muy cerca se encuentra la farmacia del ayuntamiento, que presume de ser la farmacia más antigua del mundo que ha funcionado de forma ininterrumpida. Las fórmulas magistrales hechas a base de polvo de piel de ratón o elixir de piel de gusano ya se despachaban en 1422... ¿conseguirá la farmacia de Sagrario aparecer en futuras guías turísticas castellano-manchegas? Un mejunje a base de patas de perdiz y ojos de venado podría ser un buen reclamo...


Para los amantes de la historia y del arte tanto civil como religioso, en esta ciudad encontrará verdaderas joyas: la Puerta Viru, la Torre de Catalina la Gorda, la Iglesia del Esíritu Santo, la Iglesia Niguliste, el Monasterio Dominico, el Gran Gremio, el pasaje de Santa Catalina, la Torre Kiek-in-de-Kök... pero para los no ilustrados en dichas materias como nosotros, destacaremos dos lugares de exquisita factura: por un lado, la Hermandad de los Cabezas Negras, que era una asociación de comerciantes solteros que supuestamente tenían que defender la ciudad y cuyo patrón era un moreno San Mauricio; por otro lado, un conjunto de casas de tres mercaderes medievales conocido como 'Las Tres Hermanas'.

Pero, sobre todo, una de las cosas que más llama la atención son las 26 torres de la muralla medieval que aún se muestran imponentes. Tallinn se abre al mar báltico y por su situación estratégica, alemanes, rusos, daneses, suecos y finlandeses siempre querían adueñarse de ella. Para obtener una magnífica perspectiva de las murallas y de toda la ciudad, lo mejor es subir al mirador a 62 metros de altura de la Iglesia de San Olav. Su torre, de 159 metros fue el edificio más alto del mundo en el siglo XVI. Actualmente tiene sólo 124 metros, debido a que los rayos la han ido destruyendo y el campanario ha ido variando de altura en cada reconstrucción.

Desde su independencia de la URSS parece que hay una necesidad insaciante de ensalzar la identidad estonia que durante la ocupación soviética estuvo reprimida. Muestra de ello es la gran cantidad de museos etnográficos existentes: Museo de la fotografía de estonia, Museo de la arquitectura de estonia, museo de la historia de estonia, museo del teatro de estonia, museo de artes aplicadas y diseño de estonia, ... ser funcionario estonio tiene que tener salida, ¿no?

Muy cerca de la plaza del ayuntamiento reponemos fuerzas en el restaurante Kompressor, en el que se sirven crêpes con diversos rellenos, tanto dulces como salados... ¡una delicia para el paladar! De esta forma, finalizamos nuestra ruta por el centro para visitar los alrededores. Y es que, fuera de los puntos turísticos habituales siempre hay cosas intersantes por descubrir. Uno de los lugares de gran interés que muchos turistas desconocen es el parque y el palacio Kadriorg. Lo mandó construir el  zar ruso Pedro el Grande en 1718, pues quería tener una residencia de verano para la familia real... todo un Marina d'Or regio.

Finalizamos nuestra visita a Tallinn visitando primero el Escenario de los Cantores, donde cada año se organiza un concierto que recuerda los deseos cantados a la independencia. En contraposición, visitamos después el Monumento a la Guerra Soviética, un conjunto arquitectónico que los estonios no se esfuerzan mucho en preservar y que su bucólico aspecto destartalado le da un toque aún más interesante. El día ha sido intenso, estamos agotados y sólo una de nuestras memorias conseguirá recordar tantos lugares excepcionales... la memoria de nuestra cámara fotográfica.

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