Introducción y ruta

Un año más llega septiembre con sus temperaturas en descenso, con pupilos somnolientos en chándal y los fascículos de abanicos de diseño... ¡¡y de nuestro merecido viaje de verano!! Así que, aquí estamos para compartirlo con todo aquel que quiera descubrir lugares y curiosidades de nuestro nuevo destino: Las Repúblicas Bálticas.

Comenzaremos en Estonia, uno de los países con más acceso a internet del mundo y donde se inventaron el Skype y el Hotmail. Rumbo al sur llegaremos a Letonia, uno de los pocos lugares donde las floristerías abren las 24 horas del día, ya que los letones aprovechan cualquier situación para regalar flores. Continuaremos hasta Lituania, tierra de grandes ducados y de guerras en búsqueda del poder. Y, después, volvermos rumbo al norte para terminar haciendo el golfo... ¡el golfo de Finlandia! Porque, como colofón final añadiremos a nuestro viaje una visita a Helsinki, la capital finesa.

Desde hacía mucho tiempo queríamos realizar este viaje, porque tiene gran parte de los condimentos que nos gusta encontrarnos en un viaje bien guisado: tres capitales Patrimonio de la Humanidad (¡¡tres de tres!!), un tercio de naturaleza exuberante, una generosa cantidad de bulbos ortodoxos y todo regado con genuinos idiomas vernáculos con la más pura esencia wachi-wachi.

Desde que se independizaron en 1991, las Repúblicas Bálticas se han intentado alejar de la marca 'Rusia'... pero siguen siendo todo un galimatías: Lituania es más polaca, Letonia perteneció a Suecia y es más alemana, y Estonia está más hermanada con Finlandia... ¡¡así no hay quien gane Eurovisión!! Por cierto... ¿a quién no le ha ocurrido intentar encontrar un país llamado Latvia en un mapa de Europa y haber fracasado en el intento? Debe de ser que en castellano quedaba mejor denominarlo Letonia, porque sino, sería un país lleno de latvios... y ¿como que no, no?

Si nos seguís, descubriréis con nosotros, lugares de cuento de hadas... Pasearemos por la medieval Tallinn, por la Riga del Art Nouveau, por la barroca Vilnius y por la neoclásica Helsiniki. Visitaremos castillos de ensueño con dragón incluido (ya que son muy típicos los canalones con esa forma). Visitaremos catedrales católicas en Lituania, luteranas en Letonia y prostestantes en Estonia.

Pero habrá muchas incógnitas que iremos desvelando... ¿podremos no reirnos al pasar por las ciudades estonas Kodasoo, Kursi, Sonda y Kallaste? ¿Haremos nuestra última ingesta en la ciudad letona de Cena? Si Pablo ya se soltó a hablar euskera en EEUU diciendo a todo el mundo 'bai' (bye), ¿volverá con nivel avanzado de vascuence al repetir incansablemente 'Aita' que significa 'gracias' en letón? Cuando conduzcamos por la mítica ruta del ámbar... ¿a quién le tendremos que ceder el paso? ¿Veremos a las singulares vacas azules de letonia? Y... lo más difícil de adivinar... ¿conseguira un buen plato de alce romper la estricta dieta de Pablo? ¡¡Solo aquí lo descubriréis!!