19 sept 2012

Rīga: la joya Art Nouveau

La habitación del hotel FG Gertudre es amplia, moderna y confortable; y descansando tan a gusto, aunque apenas hayamos tenido seis horas de ensoñación, ya estamos listos para empezar el día. Después de un contundente desayuno, con porridge para todos, empezamos a explorar la ciudad por las calles Elizabetes y Alberta, que son las que tienen mayor concentración de edificios Art Nouveau. En Rīga, uno de cada tres edificios se construyó en este estilo, y, ¡¡hay maravillas!! El edificio situado en Strēlniecu 4 dicen que es uno de los mejores ejemplos de este estilo en todo Europa. Fuera de la zona más turística, también hay edificios que son verdaderas joyas, pero están a falta de una buena capa de pintura. Todo este explendor arquitectónico le ha hecho ser merecedora del título de Patrimonio de la Humanidad de la Unesco.

Uno de los símbolos de la ciudad es el Monumento a la Libertad de 42 metros de altura y construido en 1935 mediante donaciones populares. La mujer que representa a la libertad es conocida como Milda y alza tres estrellas que representan las tres regiones culturales del país (Vidzeme, Kurzeme y Latgale). Muy cerca de este monumento se encuentra la Catedral Ortodoxa, con sus cúpulas negras y doradas. El interior es magnífico... ¿veremos actuar a las Pushy Riots?

La ciudad de Rīga tiene más de 800 años y a lo largo de su historia ha pertenecido a alemanes, suecos y rusos. Hoy en día es la ciudad más grande y cosmopolita de los países bálticos. De hecho, ¿qué ciudades pueden presumir de tener restaurantes uzbecos y tártaros en su abanico gastronómico?

El casco histórico es pequeño, pero esconde, entre edificios de estilo renacestista holandés, gratas sorpresas al visitante: La Catedral Dome, la Puerta Sueca, los Barracones de San Jacobo, la Torre del Polvorín, ... Muchos de ellos narran interesantes historias, como por ejemplo el Castillo, que fue construido por obligación y destruido por la muchedumbre varias veces, y que actualmente es la residencia del presidente de letonia.

La metropoli que crece junto al río Daugava fue el mayor centro de la Liga Hanseática. De aquella época son las instituciones de El Gran Gremio y El Pequeño Gremio, que controlaban el comercio y la producción artesanal de la ciudad desde sendos edificios. Curiosamente, frente a uno de ellos se sitúa la que hoy se conoce como La Casa de los Gatos... Resulta que los gremios eran controlados por los alemanes y al dueño de esta casa no lo admitían por ser letón; a modo de desprecio colocó unos gatos en el tejado con el trasero hacia el gremio... y se dice que cuando consiguió ser miembro, los dio la vuelta. ¿Nos estará queriendo decir algo Untxi cuando nos da la espalda?

Si en Tallinn estaban las Tres Hermanas, en Rīga se hayan los Tres Hermanos. Poco a poco vamos conociendo a toda la familia... Se trata de un conjunto de edificios situado en la calle Mazā, siendo el que tiene forma escalonada el edificio residencial más antiguo de Rīga.





Y hemos dejado lo más bonito para el final... Como en Tallinn, aquí también hay una Casa de los Cabezas Negras. En este caso, se trata de una reconstrucción del edificio original de 1334. Sencillamente es espectacular... mientras observas el edificio ¿Te estarán observando Neptuno, Mercurio, Unidad y Paz? Quizá alguno de ellos esté mirando de reojo a Pablo... ¿o debería decir a Colón? Esta mañana se reservó un huevo cocido en el desayuno y lo ha estado paseando por toda la ciudad.
 
Como es habitual en nosotros, terminamos saliendo de las zonas turísticas para descubrir lugares menos conocidos. Después de visitar el mercado principal, nos adentramos en el barrio Moskva, donde la mayoría de la gente es de etnia rusa. Aunque, en toda la ciudad hay más rusos que letones, es en este barrio donde casi exclusivamente sólo hay rusos. Raska jaraska... oimos a La Cilla por todas partes... El edificio que más destaca del barrio es la Academia de las Ciencias o como la conocen los locales, “La Tarta de Cumpleaños de Stalin”.

Tomando un café en un bar, cae un buen chaparrón. Ya hemos visto toda la ciudad y dedicamos las últimas horas a ir de tiendas. En la estación de ferrocarril entramos a un centro comercial, pero la ropa nos parece un tanto chabacana. Por el contrario, uno cerca de la ópera, resulta demasiado exclusivo. ¿Es que no hay término medio? Por cierto, ¡¡hay una cadena de tiendas que se llama 'drogas'!!

Regresamos ya para el hotel por la calle Caka (no es broma, se llama así) y paramos en un supermercado. Hacemos algunas compras por si en el hotel nos entra hambre. Pablo mezcla avena con yogúr, como si con la argamasa resultante fuese a hacer un Ecce Hommo restaurando los edificios Art Nouveau de la zona. Sólo le falta decir...¡¡que viene el hormigón!! Pensando que compraba leche, cuando la ha abierto... ¡¡vaya porridge!! Por cierto, a la nevera sólo le falta un poco de música, porque, cuando la dejas abierta un minuto, empieza a encenderse y apagarse como en una discoteca. A la cama, que va siendo hora, ¿no?

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