Como necesitaremos fuerzas para recorrer la ciudad, empezamos desayunando un pita de pollo, otro con mezcla de huevo y tomate, unas aceitunas riquísimas y unos pastelillos árabes... muy digestivo todo. Nuestro recorrido comienza en el mercado Carmel, donde los vendedores invitan a conocer sus productos y a los turistas se les van los ojos con los coloridos puestos de especias, pastelería y frutas. Las calles cercanas a la Avenida Allenby están llenas de tiendas, cafés y gente por sus calles. Es una zona que refleja el esplendor de un pasado relativamente cercano, ya que, la 'colina de primavera' (que es lo que significa Tel-Aviv) tiene poco más de un siglo. A pesar de esa juventud, la ciudad tiene el título de Patrimonio de la Humanidad por el gran número de edificios estilo Bauhaus que alberga. Este estilo, que se caracteriza por la simplicidad de sus formas y el color claro en sus fachadas, ha hecho que la gente también se refiera a esta ciudad como 'la ciudad blanca'.Caminamos por el bulevar Rothschild y luego por la zona de Manshiya, con multitud de bares y restaurantes en los que hay mucha gente joven. Y, casualidades de la vida, ¡¡nos reencontramos con Ariadna!! Compartiendo impresiones sobre nuestra pérdida de equipajes, llegamos hasta la playa... un interminable paseo marítimo, una fina arena blanca y el azul del agua muestran un mediterráneo en todo su esplendor... ¡¡y sin tener que bajar a las siete de la mañana para poder poner la toalla!!
En la costa sur de la ciudad se encuentra Jaffa, el origen de la ciudad. Se trata de un montículo con preciosas callejuelas en las que actualmente abundan las galerías de arte... y ¡¡los gatos!! Los hay por todos los lados, la mayoría de ellos tumbados disfrutando del buen tiempo. Recorremos la 'ciudad vieja' observando los detalles que tiene cada rincón y pasamos por al lado de la sede central de Mayumaná. Llegamos al puerto, lugar desde el que comenzaremos nuestro recorrido por el paseo marítimo hacia el norte. ¡¡Qué bien lo tienen montado!! Hay zonas para hacer deporte, ir en bici o simplemente tomar el sol, y la mayoría de la gente es joven y muy moderna. Los rascacielos al lado de la playa hacen que la ciudad se integre perfectamente con el mar, dándole un aire muy 'Miami' como lo describe nuestra nueva amiga americana. Entre los edificios, destacamos dos: el Isrotel y el Opera Tower, que son habituales en la información turística de la ciudad.
Dejamos el mar para ver el edificio 'The crazy house', un 'falso Gaudí' tal y como lo define un turista con el que entramos en conversación. Lamentablemente, el edificio se encuentra en restauración, así que no podemos admirarlo en todo su esplendor. Lo que sí que se muestra exuberante es el parque Ha-Yarkon, un oasis verde a ambos lados del río Yarkon en donde la gente pasea, visita un pequeño zoo, hace deporte, monta en barca o se hace fotos de boda un día entre semana. Sí, no lo entendemos muy bien, pero anoche, martes, también vimos unos recién casados haciéndose fotos de boda a las tres de la mañana. Pero, volviendo al parque, vemos que estos judíos piensan en todo... si ver una máquina expendedora de bolsitas con protección solar nos ha llamado la atención, ver que las fuentes están refrigeradas y que tienen llena-botellas nos ha dejado atónitos. Las numerosas bicis eléctricas, e incluso los patines eléctricos, ya hacían ver lo avanzado que están los judíos... ¡¡¿¿pero taaaaantooooo??!!
Nos despedimos de Ariadna cerca de la Universidad... ha sido un placer compartir el día con ella y lo hemos pasado genial. Es una pena que no vayamos a coincidir los próximos días, ¡¡aunque nunca se sabe!! Lo que es seguro es que quedaremos en Madrid a la vuelta para compartir impresiones sobre nuestros respectivos viajes. See you in Madrid!! Continuamos nuestro camino por la Universidad de Tel-Aviv, donde hay edificios interesantes como la Sinagoga Cimbalista con sus dos especie de chimeneas. Bueno, ¿¿y esas compritas?? Acabamos en un centro comercial cercano, donde nos aprovisionamos de productos higiénicos y de ropa nueva que, ¡¡estrenaremos mañana mismo!!
Tel-Aviv nos ha encantado: tiene mucha vida, muchas opciones de ocio y un paseo marítimo cautivador. Parece mentira que hace cien años aquí no hubiera nada y que, lo que unas familias empezaron construyendo, sea hoy por hoy una ciudad con un alto potencial turístico. Pero ssssshhhh... que sigan pensando que éste es un país en guerra... ¡¡y así los demás podremos poner la toalla sin tener que poner el despertador!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario