Desayunamos unas pastas y bollos, sin nada donde mojar, comprados en un obrador en un pueblo por el que cruza la carretera. Las pastas son secas y harinosas... sí, se podría decir que estamos comiendo polvorones en el desierto... somos así.
En torno a las 10 llegamos a Wadi Musa, población donde se encuentra Petra. Esta es la joya del país, la gallina de los huevos de oro... porque la entrada cuesta 50 dinares... ¡¡55 euros!! Es un precio muy elevado, pero no hay opción, o se paga, o se deja de ver una de las maravillas del mundo moderno... y a eso hemos venido, ¿no?
A muchos de nuestra generación nos marcó Indiana Jones... ¿quién no se imaginó, látigo en mano, encontrando el Santo Grial en la Última Cruzada? Y, reconozcámoslo, ¿acaso no hemos visto todos Tadeo Jones para ver cómo ha evolucionado el aventurero? Pues hoy, por fin, ya con unos añitos, nos convertiremos en los exploradores de la antigua capital nabatea.
El recorrido empieza en zona burritesca, carritesca y camelesca. Es decir, por un puñado de piastras te explotan a un animal para transportarte unos cuantos metros y pedirte una propina... ¡¡éstos no saben lo que llevamos andado en este viaje!! El ofrecer transporte es algo que continuamente ofrecen durante la visita... y la verdad es que, aunque nos lo imaginábamos grande, no pensábamos que lo era tanto.
A pocos metros del centro de visitantes ya se pueden ver los primeros monumentos y algunas cuevas. El tiempo ha erosionado y piedra, y seguramente más de un explorador ha saqueado el interior. En cualquier caso, son monumentos que llevan ahí más de 2.000 años. Poco más tarde empieza el Siq o 'eje'. Es el cauce de un río que actualmente está desviado y que, a cada paso, aumente la emoción porque sabes que, al final, se encuentra la famosa portada de El Tesoro. Nosotros, como dedicaremos el día entero a esta visita, somos pacientes y vamos disfrutando de cada paso.
Y, por fin, al final del Siq, llegamos a El Tesoro. El momento es mágico, porque se va dejando entrever entre las paredes estrechas hasta que, al final del pasillo, lo ves en su grandiosidad. Por fin estamos ante esta portada que en tantas ocasiones hemos visto en fotos o en televisión. Se supone que arriba, en una especie de urna, se pensaba que estaba el santo grial y que ver si salía el oro.
Pero, ¿qué es Petra? Después de documentarnos sobre el lugar, no nos queda claro... y a los historiadores tampoco. Lo que se sabe es que los nabateos, que eran nómadas, empezaron a ver que el echar raíces y afincarse en algún sitio tenía sus ventajas. Así que, empezaron a asentarse en esta zona, en plena Ruta de la Seda, donde al principio robaban a los mercaderes pero luego acabaron ofreciéndoles seguridad en los kervansaráis a cambio de dinero. Vamos que, es como si 'er Jonatan y er Santi' te roban el cobre y luego piden dinero para que nadie 'te arrobe en la obra', ¿no? Bueno, y sin ir más lejos, algún gen nabateo les ha quedado a los actuales jordanos, porque te cobran una pasta por entrar a partirte las piernas andando y lo primero que te preparan es la fila de burros.
Aunque se desconoce fehacientemente la utilidad de la mayoría de los edificios, se podría decir que son básicamente casas, templos rituales y, sobre todo, tumbas. Algún que otro arquitecto, sin querer denostar altivamente esta magnífica obra, diría que 'es un poco decorado, como el pequeño Hollywood de Almería, una serie de fachadas arquitectónicas sin edificio detrás... algo así como las Rozas Village del siglo I.... un altorrelieve, un montaje teatral, una simulación arquitectónica para decorar la entrada de unas cuevas porque no hay edificio realmente.' Hombre... ¡¡que tampoco es el cortilandia!!
Como ya tenemos las piernas como rocas, subimos hasta lo que se conoce como 'El Altar de los Sacrificios'... nombre bastante adecuado, porque es todo un sacrificio llegar a la cumbre. La recompensa es unas vistas magníficas de este lugar donde llegaron a vivir 18.000 personas. Las fachadas, el teatro, el columnario, los templos, la catedral... son emplazamientos menos conocidos que el Tesoro, pero igual de impresionantes. Pensar que todo esto ha sido excavado directamente en la piedra... y me pregunto yo, cuando hacían una tumba, ¿empezaban a construirla cuando fallecía alguien o la tenían ya preparada? Imagino que una fachada de estas no se hacía en un día.
Uno de los puntos más lejanos a visitar es El Monasterio. De nuevo, nos ofrecen un burro-taxi, diciendo que andando es una hora... ¡¡y comprobamos que es verdad!! Subimos unos 900 escalones, caminos y piedras, y por fin llegamos. La fachada, la más grande de Petra, es muy parecida a la de El Tesoro, pero está en un lugar más amplio que permite ver su grandiosidad. De nuevo, no se tiene muy claro para qué servía, pero poco importa... sólo verlo es fascinante.
Sin darnos cuenta nos han dado las cinco de la tarde y hemos estado más de 6 horas visitando Petra. La denominada 'ciudad rosa' debido al color de su piedra, nos ha cautivado. Es una visita que no defrauda, una imprescindible. Toca ir concluyendo la visita y... ¡¡a tachar otro enclave visitado Patrimonio de la Humanidad!!
Y de una maravilla del mundo a otra... porque hoy dormiremos en el hotel Seven Wonders. Si el hotel de anoche no nos gustó, en el Seven wonders podremos resarcirnos... ¡¡en la piscina de la azotea!! El hotel está muy bien y creo que hoy descansaremos plácidamente. Pero antes, a cenar, ¿no? Hay multitud de restaurantes y a precios razonables, así que sólo hay que saber elegir. Cenamos en una terracita una bandeja de arroz con pollo, que, a juzgar por su tamaño a vaciado de arroz a todo Vietnam. Ay Petra, nos has dejado ¡¡petrificados!!
La verdad es que hay que disfrutar de esta maravillosa ciudad de Petra, con placer y entrega, no como si fuerais a un examen. Así pienso que No hay que hacer mucho caso a los arquitectos, porque después de dedicar mas años al estudio (cuentan los bares y los cates) que a vivir, cuando miran Petra se fijan en las piezas de aspecto tectónico pero realizadas por un procedimiento sustractivo y estereotómico, o sea, pierden su razón de ser estructural, o sea carecen de la esencia vitrubiana de toda creación arquitectónica volumétrica.
ResponderEliminarPero es que, además de pedantes(que lo son y mucho), miran la realidad con reflexion critica, lo cual, no solo agota a los próximos sino a uno mismo.
Enhorabuena, chicos, por vuestro logrado viaje y el divertido blog que recoge vuestras experiencias. Me encanta.