13 sept 2014

Carreteras como montañas rusas

Hoy nos traen el coche que hemos alquilado al hotel... ¡¡como unos señores!! Por lo que hemos podido ver, casi todos los coches son oscuros y muchos de ellos llevan una buena capa de polvo. Con este panorama... ¿de qué color será nuestro coche? ¡¡Pues naranja!! Es un color metalizado que en Europa está de moda, pero que aquí, no va a pasar desapercibido. Sólo nos faltan unos neones que digan 'aquí van los guiris'.

El tráfico es algo caótico: las rayas de los carriles no se ven, las señales están oxidadas y los coches sueltan humo tóxico. El que en todo el país no haya una superficie plana tampoco ayuda. Una curiosidad... hay gasolina de 90 y de 95 octanos, pero no de 98, y los precios son iguales en todas las gasolineras. El coche es manual y el embrague debe de estar bastante atorado, pero aún así, Pablo se habitúa enseguida a la conducción.

A unos 40 kilómetros de Amán se encuentra la actual Jerash y antigua ciudad de Gerasa, que perteneció a la provincia romana de Siria y después fue una de las decápolis romana (como lo fuera Scythopolis donde estuvimos hace un par de días). Fuera aparte de las excelentes ruinas romanas que hay en la península ibérica y de las de la capital romana, pocos emplazamientos romanos son comparables a Gerasa... y eso que llevamos vistos ya muchos cardos, teatros y arcos (quizá Pompeya sería de la misma magnitud). Hay una plaza bordeada con una magnífica columnata, la cual continúa por un larguísimo cardo. El templo de Zeus, el de Artemisa, el arco de Adriano, ... en cada piedra hay una historia. Hace un sol abrasador y aún así nos ha encantado la visita.

Nuestro Kia naranja nos lleva ahora al Santuario de Nuestra Señora de la Montaña en Anjara. Según la biblia Jesús y su madre María descansaron en una cueva, donde ahora se haya un orfanato, una escuela y un santuario. En el 2010, unas monjas y unas alumnas estaban limpiando el santuario y vieron a la virgen llorar sangre. Según los análisis la sangre es humana, por lo que se cree que fue un milagro. Un cura nos abre la iglesia y nos muestra el santuario, mientras los niños se muestran excitados intentando poner en práctica el inglés que han aprendido... y todos con una enorme sonrisa.

Continuamos nuestro paseo por tierras jordanas salpicadas de olivares (y de suciedad)... nos aproximamos al castillo de Ajloun, un ejemplo de arquitectura islámica de hace más de 1.000 años. Ahí, en lo alto, la de guerras que habrá presenciado esta construcción de un sobrino de Saladino.

Las distancias en Jordania parece que no son muy largas, pero, con tanta subida y bajada de colinas, lleva una hora hacer un recorrido de unos 40 kilómetros. Camino a As-Salt, presenciamos cómo un hombre en silla de ruedas es ahumado por una furgoneta que acelera... en lugar de aparentar sorprendido parece expresar que la gasolina utilizada no es su favorita... apostamos a que el batín negro que lleva era blanco en origen. As-Salt se suponía que era un pueblo pintoresco... pero resulta que los 'pintorescos' acabamos siendo nosotros, porque todo el mundo nos mira y nos saluda... 'Welcome to Jordan' nos dicen niños y mayores. Como no encontramos nada interés para ver, nos vamos a comer a una 'terraza' y probamos dos platos típicos de la comida jordana: un mensaf (arroz, con pollo y una salsa de leche y grasa) y una especie de empanada de carne muy rica... con dos refrescos... ¡¡4 euros los dos!!

Continuamos por montes y valles... y llegamos a Iraq. No, no nos hemos salido del país ni nos ha capturado la yihad. Sino que hemos llegado a Iraq El-Amir, un castillo del siglo III antes de Cristo por Hercano. Lo más llamativo son los relieves de leones que tiene en varias fachadas.

Volvemos a la capital para visitar tres mezquitas. La primera que visitamos es la del Rey Hussein Bin Talal, a la que no podemos entrar porque están orando. El recinto en el que se encuentra está vallado y nos es imposible hacer una foto en la que quede bien. La segunda mezquita es la del Rey Abdullah, con su característica cúpula azul, a la cual tampoco se puede pasar porque está cerrada.

La tercera mezquita es Abu Darwish, que tiene un aire un poco gaudiano, ¿no? Se encuentra en una plaza donde varias mujeres con burka observan a sus hijos jugar. Hemos visto muchas mujeres con burka, hasta con guantes en las manos para que no se les vea nada; también hemos visto jóvenes con mucho pañuelo y unas chaquetas-vestido para el pleno verano. Sin embargo, los hombres jóvenes van bastante arreglados, aunque a menudo un poco horteras. Cosas de la moda.

Y para terminar el día... ¿qué mejor que un jamán en Amán? Ayer pasamos por uno que nos encantó, el baño turco Al-Pasha, y hoy es el día ideal para ir. Estamos cansados pero tenemos tiempo... ¡¡e ilusión!! Nos ponemos el bañador y a ver qué ocurre... primero nos exfolian la piel, luego baño turco con unas bebidas dulces, un baño a 50 grados lo menos... y luego viene un jordano enorme que nos baña como si fuéramos bebés para luego darnos un masaje como si fuéramos unos muñequitos... después de la paliza con aceite de argán, nos tumbamos en una placa de mármol caliente, para terminar sudando en la sauna. La experiencia ha sido genial, no sólo porque el sitio fuera precioso y tranquilo, sino porque era muy genuino: los únicos turistas éramos nosotros y el resto de clientes eran lugareños que iban a darse su recompensa al final del día. Con la piel suave como la seda, toca ir a descansar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario