13 sept 2010

De Austria a Balatón

Los dos primeros días de viaje han sido muy intensos, así que hoy, aprovechando que luce el sol y la temperatura es muy agradable, nos lo tomaremos de forma relajada. Tras un copioso desayuno rodeado de austriacos que llegan tarde a sus citas médicas, emprendemos la marcha.


Nos dirigimos a Köszeg, una pequeña localidad cerca de Austria. De hecho, está tan cerca que decidimos pasar la frontera a ver qué se cuece en el otro lado, pero no encontramos nada de interés y de las mismas nos volvemos. Ya en el centro histórico de la ciudad, destacamos dos monumentos. Por un lado, el castillo, que, aunque no es gran cosa, está bien conservado. Por otro, una iglesia que parece sacada de un cuento de Walt Disney: les pones a Mickey y Minnie delante bailando y ya tienes otro Eurodisney.




Continuamos el lunes en Szombathely, ciudad cuyo nombre significa "el sitio de sábado". Ya desde el año 43 esta ciudad era importante debido a su ubicación estratégica en la ruta del ámbar, y no nos referimos a la zona de marcha de Yurena, sino a la ruta comercial entre los mares báltico y mediterráneo. Los romanos dejaron multitud de ruinas en pleno centro de la ciudad. Por haber, hay hasta un templo de Isis, del siglo II. El altar está dirigido al Este, para ser iluminado por el sol durante la ceremonia de ofrecer sacrificios a la diosa. El culto de Isis llegó al imperio romano desde Egipto, alrededor del siglo I, y se defundió por todas las provincias. El templo de Szombathely es una de los tres de este tipo que se encuentran en Europa.




Nos hemos ganado una recompensa para el cuerpo, así que vamos en su búsqueda. En Heviz, hay un balneario cuyo terreno fue formado por los volcanes que hace millones de años estaban áctivos en esta zona. Las aguas contienen mucha azufre y otros minerales, y gracias a su radiactividad curan sobre todo las enfermedades del sistema motor del hombre. Este lago es el segundo en el mundo por tamaño y el agua en verano tiene la temperatura de 38ºC y en el invierno baja a 30ºC. Todo el agua del lago se renueva cada 48 horas. La entrada de 3 horas cuesta 2450 Ft, unos 10 euros. Por 600 Ft también puedes alquilar un flotador, algo muy recomendable. Cuando entras en el agua no notas que esté especialmente caliente, pero si sacas un pié o un brazo y al de unos segundos lo vuelves a meter debajo del agua sí que notas que está calentita. Eso sí, el azufre del agua hace que está tenga un ligero olor a huevo podrido. Pablo al principio está bastante temeroso, ya que apenas puedes ver lo que hay debajo del lago y la sensación de no saber qué te puede pasar es incómoda. Sin embargo, nadar entre nenúfares es toda una experiencia.


Por último, visitamos una de las ciudades que rodean el lago Balatón, Keszthely. Es una ciudad muy tranquila, donde se encuentra el Palacio de Festetics, con unos cuidados jardines que lo rodean. Nos acercamos también al lago Balatón para ir abriendo boca de lo que será el día de mañana, ya que nos dedicaremos a visitar sus alrededores.



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