Empezamos a explorar los balcanes centrales recorriendo el cañón del rio Vrbas. La carretera discurre entre paredes boscosas verticales que acompañan al relajante sonido del correr del agua. El río es cristalino y refleja el verde del paisaje, haciendo de este paraje un lugar de ideal para el descenso en kayak. Lástima de que no dispongamos de más tiempo para poder experimentarlo.
Disfrutando del paisaje durante más de 60 kilómetros, entreamos en la Federación Croato-Musulmana, la otra entidad política dentro del país. El número de letreros en cirílico ahora es más escaso, y la bandera que se empiezan a ver es la que se parece a la croata.
Llegamos a Jajce, un pueblo que fue capital de los Bosnios. Es una pequeña localidad que se encuentra en las laderas de un monte y que está rodeado de unas cascadas que le dan un encanto especial. Se ve más gente pobre por esta zona, incluso algunos locales de la zona se ganan el pan de cada kebap controlando las zonas de parking por un ridículo precio de 1 KM por hora (medio euro). Comenzamos el ascenso hacia la cima del pueblo subiendo por unas calles empedradas. Se ven mezquitas e iglesias, mezcladas con las casas de los lugareños que se encuentran haciendo sus labores diarias.
A mitad de camino llegamos a las catacumbas, donde un local aparece de la nada para enseñárnolas por 1 KM. Se trata de una pequeña cabidad de dos plantas, en las que la superior parece una pequeña iglesia, donde los cristianos preservaban su religión de los ataques turcos. Continuando el ascenso llegamos al castillo, donde de nuevo, por 1 KM nos abren la puerta para que lo veamos. Parece que aquí hay tarifa plana. Ya bajando hacia el hotel nos hacemos unas fotos con las cataratas, donde los jubilados locales practican su deporte universal: ver obras.
El paísaje es espectacular: montañas, montañas y pirámides. 'Mirá ahí están ¡¡las pirámides de Visoko!!' En Bosnia se encuentras tres montañas con forma de pirámides: la del sol, la de la luna y la de la ardilla (a juzgar por los letreros que hay en el pueblo). Su orígen es desconocido y se está estudiando qué significan, ya que se han encontrado restos arqueológicos en la zona. ¿Mito o realidad? Habrá que preguntarle a Iker Jimenez. En cualquier caso, no deja de ser un lugar emocionante para visitar, eso sí, desde la distancia para poder admirar sus formas casi perfectas (y por si acaso estar a buen recaudo de posible alienígenas).
Lo que sí que torna ser un nuevo misterio es la existencia de autopistas en este país con forma de corazón. Pensando que las señales de la primera autopista bosnia son sólo un espejismo pronto llegamos a un tramo que ya está abierto al tráfico. Son pocos kilómetros, pero resulta todo un lujo poder circular sin curvas, sin subidas ni bajadas, y sobre todo poder alcanzar los 130 km/hora sin que nadie te marque el ritmo.
Y de esta forma, entramos en la tristemente conocida Sarajevo y actual capital del país. Las afueras de la ciudad se componen de edificios de 20 plantas estilo soviéticos, y que desde su construcción no han conocido brocha alguna. La mayoría son grises y en muchos de ellos aún se pueden ver restos de metralla. El tráfico es muy denso, ya que, al no haber carreteras de circulación todo el tráfico pasa por Zmaja od Bosne, una delas arterias principales de la ciudad. También se ven multitud de tranvías, cuya red es la más antigua de los Balcanes, y que aún está en uso.
Después de aparcar, nos damos un largo paseo hasta la ciudad antigua. Poco a poco empiezan a aparecer nuevos rascacielos y edificios de oficinas, de acero y cristal. Uno de los primeros lugares que identicamos es el hotel Holiday Inn, donde se alojaban los periodistas durante la guerra. A las puertas de la zona histórica, vemos un puente Skenderija, realizado por Eiffel, algo de lo que pocas ciudades pueden presumir. Después empiezan a aparecer edificios aristocráticos, huella del periodo del imperio Austro-Húngaro. También en un jardín cercano vemos los 'Stechak', una especie de tumbas de orígen desconocido. También vemos otros iconos de la ciudad como el Pavellón de Música, la Fuente Otomana, la Academia de Bellas Artes, la Biblioteca Nacional, etc.
Uno de los puntos que más expectación suscitan es el Puente Latino, donde fue asesinado Francisco Fernando, el heredero al trono del Imperio Austro-Húngaro. Este hecho fue el desencadenante de la Primera Guerra Mundial, lo cual constata una placa cercana al puente.
En la zona otomana, Bascarsija, hay multitud de tiendas y restaurantes. Es como un bazar al aire libre. El paseo ha sido largo, así que reponemos fuerzas comiendo alguna especialidad turca. Casi al azar, elegimos los platos que degustaremos y el que yo elijo resulta ser... ¡¡hígado!! No es que me apasione, pero esperaba otra cosa como colofón a tanto caminar. Entre apañueladas, llegamos a una placita donde están celebrando 'El día de la abeja', donde los apicultores venden su 'Med' (miel). Probamos una bebida hecha a base de limón y endrinas, que está bastante buena. Pablo alias 'tacitas' compra una nueva para la colección. También nos topamos con unos lugareños que juegan un ajedrez gigante con un tablero pintado en el suelo.
Sarajevo es conocida como 'La Jerusalém de Europa' debido a que es la única ciudad donde han convivido tres de las religiones más importantes (cristianos, musulmanes y judíos) durante más de 500 años. Lamentablemente, en los años noventa sufrió una sangrienta guerra. ¿Cuántas veces vimos a Arturo Pérez Reverte como corresponsal en Sarajevo para La 1? Y hoy estamos aquí, siendo testigos de cómo la vida ha continuado y la ciudad sigue intentando dejar los malos recuerdos atrás y buscar un futuro prometedor.
Las piernas ya no quieren llevarnos a otro sitio que no sea a descansar. Así que, nos vamos al hotel Golden Inn, cerca del aeropuerto, donde mañana visitaremos otro sitio curioso e interesante.
¡Cómo me gustan vuestras fotos!. ¡Qué paisajes llenos de agüita, nenúfares y Pablos & Company! ¿Quien me dijo que no le molaba el hígado? jajaja.
ResponderEliminarLo estáis pasando de muerte y me muerdo lo codos de envidia. Ya os dijo la SUsi que nuestro viaje se finiquitó, pero viendo el vuestro ¡quiero másss!
Besossssssss
Mar