21 jul 2015

Monasterios pintados de Bucovina

En la zona de Vatra Dornei no había muchos hoteles donde elegir, así que cuando preparamos el viaje reservamos en el que mejor pinta tenía, el hotel Belvedere. No teníamos grandes expectativas y éstas se han cumplido. Sin embargo, ha habido dos cosas que nos han sorprendido: un balcón de madera que recorre dos esquinas del edificio como si de una iglesia sajona se tratase y un jacuzzi en el baño... es la primera vez que tenemos un jacuzzi privado y espero que... ¡¡la última que no lo utilizamos!!

Estamos en Bucovina, una de las regiones históricas de Rumanía que hoy está integrada dentro de la región de Moldavia... ¡¡No!! Que no hemos cruzado ninguna frontera para pasar a la República de Moldavia, lo que ocurre es que dentro de Rumanía hay una región que se llama Moldavia. ¿Y qué veremos en Bucovina? Pues en esta región cuyo nombre significa 'tierra de hayas', además de disfrutar del entorno, visitaremos los Monasterios Pintados de Moldavia, que también son Patrimonio de la Humanidad. Como estaréis observando, Rumanía es un país muy creyente y gran parte de su patrimonio son edificios religiosos. Este legado arquitectónico no son meros monumentos... son los templos que utilizan en su día a día para rezar, besar algún icono o pedir deseos a las reliquias de algún santo. A veces choca ver cómo un joven entra a un monasterio de la edad media a rezar unos minutos e irse tranquilamente.

Los monasterios incluidos en la lista de la Unesco son ocho, de los cuales hoy visitaremos seis. Todos ellos fueron mandados construir por el voivoda Petru Rareș entre los siglos XV y XVI, y originalmente todos estaban íntegramente pintados tanto en su interior como en su exterior. Empezamos visitando el monasterio de Moldovița, donde una monja nos vende las entradas y nos coge, literalmente, el dinero de la cartera. El monasterio es una preciosidad, con escenas pintadas que cubren todo el exterior entre las que destaca "El Sitio de Constantinopla". Pablo, con sus rayos-láser encuentra un murciélago en el suelo... ¡¡A este chico al escondite no le ganaba nadie!!

Después, visitamos el de Suceviţa, que, al igual que el anterior, está rodeado por murallas. Dado que alrededor no hay árboles, subimos la ladera de un monte para verlo con perspectiva y el resultado merece la pena: es como ver un diamante engarzado en una joya. Dentro, la escena 'La Escalera de las Virtudes' capta la atención de los objetivos de las cámaras. Muy cerca visitamos el Monasterio de Putna, que no es Patrimonio de la Humanidad pero que también se merece una visita, ya que dentro se encuentra la tumba de Esteban el Grande, convertido a santo por su férrea protección a la iglesia rumana.

Con tanta escena bíblica e iconos pintados, a Pablo le ha dado un ataque icono-plasta. En varios lugares hemos curioseado cuadros de iconos pintados a mano y, la verdad, es que, a parte de tener su significado religioso también tienen un gran valor artístico. Hay que prestar atención, porque los hay de dos tipos: los que son una pegatina sobre la madera y los que son realmente pintados a mano (y que llevan un sello de autenticidad). Elegir el icono no es tarea fácil, ya que, además del santo representado hay que decidir el tamaño del mismo, y, proporcionalmente, el importe a pagar. Como en un monasterio al sur del país nos hicieron una buena oferta y como estamos en una zona muy turística (donde las monjas tienen la carrera de teo-economía), ahora somos nosotros los que intentamos marcar el importe del trato. Pero, por mucho que intentamos adelgazar unos precios algo inflados... ¡¡los monjes se nos resisten!! Probamos a ir a algún monasterio que no esté en la ruta de los turistas y acabamos en Rădăuți, donde encontramos un bonito icono de La Virgen María a un precio razonable para ser una obra de arte única.

Después de comer visitamos otros tres monasterios patrimonio: Arbore, Humor y Voroneț. Este último es considerado como la 'Capilla Sixtina del Este' y tiene dos fachadas con pinturas: en una se representa el árbol de familia de Jesucristo (mostrándolo como descendiente del Rey David) y en la trasera está el Juicio Final. El color general es un azul muy específico que se obtenía a partir del lapislazuli y que hoy se conoce como 'azul Voroneț'.

Finalizamos el recorrido en Suceava, unas de las capitales del antiguo principado de Moldavia, donde se encuentra otro monasterio patrimonio: el de San Juan el Nuevo. Apenas se aprecia que alguna vez hubiese estado cubierto por pinturas. Terminamos el día con una merecida recompensa: una cena a base de bulz y papanasi... ¡¡nos encanta!! Y sí, lo leísteis bien... ¡¡hemos estado en un monasterio que se llamaba Humor y no hemos hecho ninguna gracia al respecto!!

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