9 sept 2019

Ereván y alrededores

Armenia tiene el triste récord de ser la única nación que tiene más habitantes fuera que dentro del país. Muchos de ellos, debido a las diferentes guerras y el genocidio no reconocido por Turquía, decidieron emigrar principalmente a Estados Unidos. Entre ellos, la familia de las Kardashian o los padres de Cherilyn Sarkisian, popularmente conocida como Cher. Ahora el país tiene en torno a 3 millones de habitantes, de los cuales un tercio viven en Ereván, la capital armenia.

Hoy dedicaremos la mañana a ver algunos lugares interesantes cercanos a la capital, y dejaremos ésta para lo que nos sobre de tiempo por la tarde. Comenzamos el día en el Monasterio de Geghard, el cual fue fundado por Gregorio el Iluminador en el siglo IV. Éste es el fundador y santo patrón de la Iglesia Apostólica de Armenia. La visita resulta muy enigmática porque apenas hay turistas dada la hora, hay un poco de niebla en los montes de alrededor y porque hay un monje cantando las oraciones.

Muy cerca de aquí se encuentra el Templo pagano de Garni. Se cree que fue construido en el siglo I, y que después, en 1679 un terremoto lo destruyó. A finales del siglo XX, decidieron reconstruirlo, pero se ve que se les fue un poco la mano, porque en las inmediaciones hay trozos que se ve que no supieron donde colocar; además, se ve que han utilizado bloques de cemento nuevos, por lo que ahora tienen un dudoso nuevo templo de dos mil años, único templo clásico en todo el Cáucaso. El lugar es muy bonito, y eso que ha empezado a llover y ha bajado más la temperatura. Para recobrar fuerzas, compramos una torta de miel en un puesto fuera del recinto, donde la tendera se empeña en hablarnos en italiano.

Después, nos dirigimos a una de las visitas más importantes del país: el monasterio de Khor Virap con el monte Ararat al fondo. En este monasterio estuvo prisionero Gregorio el Iluminador, supuestamente en un calabozo lleno de serpientes durante la friolera de 13 años. Por una escalera metálica vertical se puede visitar el calabozo, donde estuvo el que sería el cristianizador del país. Este monasterio siempre es retratado con el Monte Ararat al fondo. Realmente, esta montaña de más de 5.000 metros está en territorio turco, pero los armenios lo reclaman porque en su momento se encontraba dentro de lo que era la Armenia clásica. Según la tradición cristiana, el Arca de Noé se posó sobre él, y se supone que sus restos siguen allí. Dada su altitud, siempre tiene nieve y niebla, por lo que no se suele dejar ver con frecuencia. Hoy no es una excepción, porque, a excepción de la base, no conseguimos ver mucho más de la colosal montaña. Lo que sí que divisamos es, desde un mismo lugar, terrenos de tres países: Turquía, Azerbaiyán e Irán. Teniendo en cuenta que Armenia se lleva mal con los dos primeros, si se coge un mapa se puede ver cómo estos dos países bloquean a Armenia en su frontera sur, que por muy poco podría compartir con Irán con el que se lleva bien.

Echmiadzin se podría considerar el Vaticano armenio. Aquí se encuentra el Katholikos, que es quien manda en la iglesia armenia. ¿Y por qué en este lugar? Pues porque aquí está la que se considera primera catedral cristiana, que a su vez es el edificio cristiano más antiguo del país. Damos un paseo por el complejo, donde vemos muchos seminaristas de un sitio a otro, pero no podemos ver la catedral por dentro porque la están restaurando.

El complejo de Echmiadzin es junto con los restos de la catedral de Zvartnots, Patrimonio de la Humanidad. Aquí se supone que es donde sepultaron los restos de Gregorio el Iluminador, en una catedral que se decía duraría 1.000 años hasta la segunda venida de Cristo a la Tierra. Sin embargo, un terremoto la destruyó en el siglo X y tuvieron que pasar mil años hasta que fue desenterrada.

Ya por la tarde, volvemos a Ereván. Primero damos un paseo por el monumento al Genocidio Armenio, que está algo apartado. Después, aparcamos cerca de una estación de metro y vamos hasta el centro. La verdad es que la capital armenia no es muy bonita: lo más interesante es la Plaza de la República, la Avenida del Norte y La Cascada. Esta última consiste en una gigantesca escalinata hecha en mármol cuyas obras comenzaron en 1970 y que aún están sin terminar. Era un proyecto de la época comunista, y cuando Armenia se independizó no tenía dinero suficiente como para continuarla; se retomaron las obras en el año 2000, pero aún vemos que la parte superior está sin terminar. Es muy interesante porque tiene una arquitectura muy peculiar y está repleta de esculturas, destacando algunas obras de Botero y de Jaume Plensa.

Si bien Ereván no es una ciudad muy bonita, lo que sí que hay que reconocer es que tiene mucha vida: hay muchas tiendas, restaurantes y gente paseando por sus calles, lo cual compensa, en cierto sentido, su decadencia urbanística. Hay que conocer de todo, ¿no?

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