2 sept 2019

Bakú antiguo, Bakú moderno

Hoy dedicaremos el día a visitar Bakú y será mucho más relajado que el día de ayer: nada de negociar taxis ni de acoger chinos... nos moveremos gracias a la red de buses de la ciudad, en la que el billete no llega a los 25 céntimos de euro. Cuando llegamos a la ciudad compramos la BakuCard, una tarjeta recargable que va descontando el saldo a medida que viajas, y que resulta realmente cómoda.

Bakú es la ciudad más grande del Cáucaso, y es donde vive una cuarta parte de los 10 millones de azeríes del país, por lo que estamos hablando de una ciudad algo más grande que Barcelona. En cierto sentido, también se parece a esta última, ya que se desarrolla de cara al mar, en este caso al Mar Caspio. Hace pocos años se hizo un paseo a lo largo de toda la bahía, así que empezaremos dando un paseo por la misma para disfrutar de las vistas del mar y de la ciudad.

Llegamos en autobús hasta el Centro Acuático, un enorme complejo construido para los Juegos Europeos de 2015. Pero, ¿qué es lo que más nos llama la atención? Pues que en el inmenso aparcamiento ¡¡hay unas cuantas torres extractoras de petróleo!! Están dentro de unas jaulas protectoras, para que no haya accidentes... pero ahí están, succionando el crudo del subsuelo. Cualquier lugar parece bueno si el petróleo es de calidad, ¿no?

Por la zona hay centros de arte, restaurantes, cafeterías, esculturas... y todo con unos jardines mimados y cuidados al milímetro. Siguiendo el paseo llegamos hasta la plaza de La Bandera Nacional... ¡¡donde resulta que no hay bandera!! Preguntamos a unos de seguridad que están por allí y nos dicen que la plaza está en obras y que hasta dentro de unos meses no la volverán a poner. En 2010 aquí se izó la bandera más alta del mundo, que llegaba hasta los 162 metros. Sin embargo, un año después fue superado por otro país. ¿Estado Unidos? ¿Rusia? ¿China? ¡¡No!! ¡¡Fue Tayikistán!! Será para que todos la podamos ver y así ubicar ese país, ¿no?

Muy cerca se encuentra el Crystal Hall, un pabellón de eventos que fue construido para albergar el certamen de Eurovisión en 2012. Aquí fue donde Loreen, con su canción Euphoria, se llevó el codiciado micrófono de cristal. El edificio se construyó en sólo 8 meses e iba a ser temporal; pero se ve que les gustó cómo había quedado y decidieron darle nuevas oportunidades.

Hemos recorrido tan sólo una pequeña parte del paseo marítimo y nos está encantando: bien organizado, amplio, limpio, ... Pero hay algo que cada vez está más presente: el olor a petróleo. Sí, cuando te acercas al agua huele como cuando entras en un bazar chino a primera hora de la mañana: a plasticurri del malo. Habíamos notado que no hay barcos de recreo, ni playa, ni gente practicando deportes náuticos. Y es que si te fijas puedes ver las hondas que dibujan los hidrocarburos sobre la superficie del agua; incluso en las rocas, se ven trozos de chapapote impregnados. ¿Quién va a querer tomar el sol aquí? ¡¡Es como si pones la toalla en una gasolinera y cierras lo ojos!! Negro podrías acabar, eso sí.

Continuamos nuestro paseo con la torre de la televisión vigilante a lo lejos. Y otra atracción también nos observa: The Baku Eye, una versión algo más modesta que la noria londinense. Otro edificio que nos cautiva es un centro comercial que aún no han estrenado, y que tiene una especie de pétalos por encima, con cierto aire a la Ópera de Sidney. Pero sin duda, el icono indiscutible de la ciudad son las Flame Towers, tres rascacielos de entre 190 y 140 metros de altura y que tienen forma de llamas. De hecho, por la noche tienen una iluminación especial que simula que son llamas de verdad. En cada paso que damos, lo de que Azerbaiyán signifique "Tierra de Fuego" cobra más y más sentido.

Otro edificio que nos resulta muy curioso es el Museo de las Alfombras. Habiendo sido Persia en su momento, y pasando por aquí la Ruta de la Seda, no es de extrañar que tengan tradición en confeccionar alfombras de primera calidad, al igual que su país vecino, Irán. En todo país que se ha hecho rico rápidamente, siempre hay alguna horterada, y éste no es una excepción: han construido unos canales para ir en góndola, al más estilo veneciano, ¡¡con puentes y todo!!

Para ver la ciudad desde lo alto una buena opción es subir al promontorio donde se encuentran las Flame Towers. Para ello, hay un moderno funicular que salva el desnivel. Sin embargo, hoy es lunes y parece que museos y funiculares están cerrados. Así que, subimos unas empinadas escaleras hasta unos miradores desde los que se ve gran parte de la ciudad. En las inmediaciones está la Mezquita de los Mártires, también conocida como la Mezquita Turca. Se supone que los azeríes son musulmanes, pero no son apenas practicantes ya que durante el gobierno de la URSS la religión estaba prohibida. De hecho, cuando se independizó, pasó a ser el primer país islámico de la historia en declararse república laica y democrática.

Descendemos hasta la ciudad histórica y a la mitad vemos un lugar lleno de estatuas doradas y cosas raras por fuera. Decidimos curiosear a ver qué es y resulta ser un Hamman, pero de los más extraño que hemos visto nunca: por dentro está lleno de figuras, máscaras, símbolos... hay que entrar para verlo.

La ciudad vieja de Bakú nos sorprende gratamente. Tiene una muralla muy bien conservada, calles con mucho encanto, caravanseráis, algunas pequeñas mezquitas, ... Ningún edificio es especial, pero en conjunto resulta un lugar muy agradable para pasear. La Torre de la Doncella es el edificio más representativo: data de la época persa, de hace unos 900 años y originalmente estaba al lado del mar. Visitamos también el Palacio de Shirvanshah, que al igual que la Muralla y la Torre de la Doncella, es Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Todo lo que hemos visto hasta ahora nos ha gustado tanto, que hasta se nos ha pasado la hora de comer. Como no se viene a Bakú todos los días y dado que estamos en la ciudad vieja, nos damos un pequeño capricho comiendo en un restaurante mítico llamado Sehrly Tandir. Aquí, el pan lo hacen en un horno de piedra que tienen en la misma puerta, pegando la masa a la pared del horno y poniendo una tapa. Además de un pan, hummus, queso con especias y un ayran, pedimos uno de los platos más famosos del país: un Shah Plov. Se trata de un hojaldre relleno de arroz, carne, castañas y albaricoques. Cuando el camarero nos lo trae vemos que tiene forma de queso gigante y después lo que hace es dividirlo en sectores y abrir el hojaldre. La mezcla entre salado y dulce ¡¡está realmente deliciosa!! Cuando lo pedimos nos dijeron que para dos estaba bien... y empezamos a pensar que se refería a que para "dos comidas" está bien. Así que le pedimos que nos ponga todo lo que ha sobrado para llevar, que esta noche seguiremos disfrutando con esta delicia local.

El resto de la tarde lo dedicamos a pasear por la ciudad, tomar un café y ver gente pasar. Para ser lunes hay muchísima gente disfrutando del buen tiempo, en terrazas, con los niños en los parques, haciendo compras, ... es una ciudad con muchísima vida. Además, resulta muy agradable porque todos los edificios son muy bonitos, con elegantes fachadas que no tienen nada que envidiar a Viena. Eso sí, en una esquina descubrimos el antes y el después de muchos edificios y resulta que son rehabilitados, a los que se la han añadido elementos decorativos que no estaban inicialmente, posiblemente para huir de la sobriedad soviética.

Aunque nos queda el día de mañana, ésta será nuestra última noche en Bakú. Antes de ir a descansar volvemos a la zona donde están las Flame Towers, para disfrutar de cerca del espectáculo de luces que cada noche ofrecen estos tres singulares rascacielos. Mediante luces LED, los edificios parecen arder en llamas, llenarse de agua, o adquirir los colores de la bandera verde, rojo y azul.

Esto de las luces de colores debe de gustar mucho en estos países. Creo que no lo comentamos, pero en el apartamento, en el salón hay una luz fucsia y en la habitación una de las bombillas es ¡¡verde!! Yo creo que es para ahuyentar al fantasma del niño de la planta de arriba... porque ni con biberón de Red Bull un niño tiene tanta energía como para estar correteando durante varias horas.

1 comentario:

  1. Menudos aventureros estais hechos, jeje. Chicos, por Dios , no arrimarse a la barandilla.

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