7 sept 2025

Arequipa, la ciudad blanca

El bus nocturno de hoy ha sido cómodo pero mi asiento se reclinaba sin yo quererlo y escribir este blog así, en mitad de la noche, cansado, bajo una luz ténue, con un conductor que entraba en las curvas acelerando y con la película "El Planeta de los Simios" con audio latino ha sido todo un reto. Además, nos hemos convertido en los porteros del baño, conocido aquí como el "Servicio Higiénico", ya que vamos en la planta de abajo del autobús de dos plantas y para abrir la puerta que comunica con el baño hay que haber comido mucho chicharrón. "¡Empuja fuerte!" tenemos que decirles a unos peruanitos que, además del cansancio no han sido muy afortunados en constitución corporal.

Llegamos a Arequipa a eso de las siete de la mañana a un sitio llamado el "terrapuerto", que no deja de ser la estación de autobuses de toda la vida. Una cosa que vamos notando aquí es que les gusta mucho fardar, pero en el sentido de transportar fardos: todos transportan algo y, curiosamente, el bulto va en proporción a la edad. Al ir a coger las mochilas (que no sé para qué tanta etiqueta en el equipaje si luego no te piden el resguardo para ver que es tuyo), vemos que hay un montón de señores con unas carretillas. Minutos después veremos que es para transportar los bultos hasta el exterior de la estación... donde también veremos que los porteadores y los propietarios parece que no se entienden bien, especialmente la gente muy mayor, porque a nadie le queda claro a dónde van y que esperan del porteador.

En lo que llevamos de viaje Uber está funcionando muy bien, es una forma de ahorrar mucho tiempo ya que el transporte público parece complicado y con horarios que no son de fiar. Hay muchos taxistas que se ofrecen, pero desconfiamos porque no sabemos distinguir entre los que son oficiales y los que no... y recordemos lo de "ahorita pun-pún". Así que, como con Uber ya sabemos lo que vamos a pagar, no lo dudamos y reservamos uno que nos lleve hasta el hotel.

En los hoteles de Europa suelen ser muy reacios a dejarte entrar en la habitación antes de la hora oficial del check-in. Sin embargo, como aquí la comunicación por WhatsApp es muy fluida (otra cosa es que sea fluido el que está al otro lado), Pablo ha estado haciendo sus gestiones no sólo para poder entrar en la habitación sino también para poder consumir hoy el desayuno de mañana, ya que mañana toca el "top madrugón". En recepción son super amables y desayunamos en una habitación anexa al hall de entrada, que podría considerarse una lonja reconvertida.

Desde Lima hasta hoy hemos ascendido ya una altitud de 2.335 metros. Nuestro viaje empezó en el nivel del mar y poco a poco vamos a subir hasta sobrepasar los 5.000 metros, así que se podría decir que aún no hemos llegado ni a la mitad de nuestro viaje vertical. Sin embargo, quizá por sugestión, quizá por haber dormido en un autobús, notamos un cansancio especial, ¿será el famoso "soroche" o "mal de altura"? Esperemos que nuestros cuerpos se vayan adaptando gradualmente como teníamos previsto y el cansancio no nos juegue ninguna mala pasada.

Arequipa fue fundada con el nombre de la "Villa Hermosa de Nuestra Señora de la Asunta de Arequipa", aunque posteriormente se resumió simplemente como "Villa de Arequipa". Es la segunda ciudad en número de habitantes de Perú, es un motor económico y, la conocida como "Ciudad Blanca" es también Patrimonio de la Humanidad.

Empezamos nuestra visita por el mirador de Yanahuara, desde donde se ve la ciudad y los tres volcanes que la rodean: Misti, Chachani y Pichu Pichu, que se elevan majestuosos con sus más de 5.000 metros de altura. Aprovechamos a probar el "queso helado", que te lo sirven en un vaso de plástico con un poco de canela. A mí me sabe como a leche merengada, o como a yogur con un toque de vainilla... ¡¡pero está delicioso!!



Continuamos nuestro recorrido volviendo al centro de la ciudad, viendo que hay muchos restaurantes y tiendas que tienen patios interiores, algunos con fuentes, herencia de la cultura española que a su vez es herencia de la cultura musulmana... es como la Pantoja de Puerto Rico versión plaza. En ese caminar, vemos por casualidad un cartel anunciando la adoración del "Niño Jesús Terremotito". ¿Cóoooomo? Nos hace mucha gracia y nos dicen que se encuentra en la iglesia en cuya puerta hemos visto el anuncio, pero que ahora está cerrada.

Visitamos el Convento de Santa Catalina de Siena, que forma parte de los edificios que son Patrimonio de la Humanidad. Nos descargamos la audioguía en el móvil y recorremos las laberínticas estancias, calles y plazas. Es curioso porque dentro del convento hay calles y éstas se llaman Burgos, Granada, Sevilla y Toledo, y hasta hay una plaza que se llama Zocodover con una bonita fuente en el centro. Se pueden visitar las celdas de las monjas que vivían aquí, que en algunos casos eran unos verdaderos apartamentos (bueno, "depas" aquí) de la época. Era como un aparthotel divino. El lugar es una auténtica maravilla y, como se dice ahora, muy "Instagrameable", ya que los patios y calles están pintados de vivos colores y recuerdan a los entramados árabes que dieron origen a muchas ciudades de la mitad sur de España.






Continuamos la visita y, en una calle, encontramos a una mujer mayor ataviada con el traje típico y un par de alpacas. ¡¡Hay que cositas más bonitas!! La mujer nos dice que si queremos hacernos una foto sólo le tenemos que pagar la voluntad, así que Pablo coge a la baby alpaca que apoya su cabecita en su brazo mientras toca a la que parece un poco más mayor. Son como dos peluches, muy tranquilas y muy cómicas, y nos encanta porque son unos animales que en España no hay. ¡¡Las alpacas nos han enamorado!!


La Plaza de Armas es, sin duda, el lugar donde confluyen locales y turistas, llenando de vida este espacio que comenzó a construirse cuando se fundó la ciudad. La Catedral ocupa unos de sus laterales y leemos en la guía que tiene algunas partes reconstruidas porque ha habido varios terremotos que la han dañado. En los otros flancos de la plaza hay unos soportales de dos alturas convirtiéndola en un lugar muy característico. En una esquina se encuentra la Iglesia de la Compañía de Jesús, de arquitectura barroca andina y que también forma parte del conjunto Patrimonio de la Humanidad.


Va siendo ya la hora de comer y curioseamos precios en la propia plaza. Sin embargo, cuando preparamos el viaje leímos que mucha gente iba a comer al mercado de San Camilo, frecuentado por muchos locales y muy pocos turistas. Nos damos un paseo por su interior y vemos que hay un montón de puestos de comida, donde una mujer peruana nos engatusa con las bondades de su comida. Accedemos, y comemos los dos por menos del equivalente a quince euros unos chicharrones de chancho (cerdo), pasteles de papa y rocotos relleno (pimientos relleno de carne), acompañados por una jarra de "chicha morada" (una bebida cuya base es el maíz morado y el azúcar).

Los puestos de fruta nos hipnotizan. ¿Serán sus vivos colores? ¿Será lo exótico de algunas frutas y verduras que desconocemos? Como sigo con la curiosidad de probar el "pepino" (que tiene forma de tomate y es de color amarillo apagado), compramos un par de unidades en un puesto. ¡¡Tengo nueva fruta preferida!! Tiene una textura más carnosa que un tomate, es jugoso y está "dulsesito". Compramos también unas fresas (a estas alturas del año) que están espectaculares, con mucho mas sabor que las que solemos consumir.



Hoy es domingo y, aunque hay tiendas abiertas, no hay mucho más por hacer... si es que se concibe "descansar" como "no hacer nada", claro. En los antiguos claustros de la Compañía de Jesús nos tomamos unos ricos cafés con tarta de chocolate. En general, tomarse un café en un sitio normal cotiza más caro que en Plentzia, pero como la comida en general es más barata, ¿qué más da gastarse unos soles extra en el líquido cafeínico?



Poco a poco vamos planteándonos ir al hotel: mañana nos tenemos que levantar a las dos de la mañana y seguro que nuestro cuerpo agradecerá el haber hecho uso de la cama aunque sea sólo por unas horas. En la segunda planta hay barra libre de café e infusiones, así que, probamos el "mate de coca". Se supone que la hoja de la coca, en sus diferentes presentaciones, evita el mal de altura... así que le damos una oportunidad para ir familiarizándonos con ella... aunque no vemos que sea muy diferente a cualquier otra infusión. Con una taza calentita, damos por finalizado este día... y en breve lo haremos con la noche.

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