5 sept 2025

Islas Ballestas y Paracas

Son sólo las tres menos cinco de la mañana cuando aporrean la puerta. De un sobresalto salgo de la cama y aturdido intercambio la bandeja del desayuno de hoy con la que contiene los platos y vasos sucios del desayuno de ayer. No es ningún manjar pero seguro que salir con algo caliente en el cuerpo ayudará a enfrentarse a la calle desierta y fría.

Sin embargo, empiezo a notar que algo se mueve dentro de mí. Ayer, como mi transito estaba igual de atascado que el tráfico de Lima, decidí comprar algo que me ayudara a la evacuación. En una de esas farmacias que hay cada veinte metros por toda la ciudad, me vendieron un blíster de laxante (así, sin caja ni prospecto) y me dijeron que tomara dos pastillas y que hacía efecto en un par de horas o que la tomara antes de dormir para ir al baño por la mañana. A lo largo de la tarde me tomé una, sin sentir la llamada en ningún momento. Así que a la noche redoblé la apuesta con una segunda... Y el efecto ha llegado. ¡Y vamos que ha llegado! En algunos momentos solo me queda confiar en no echar algún órgano. De hecho, como el autobús no nos esperará, tengo que elegir entre baño y ducha... ¿Y para qué acicalarse para meterse a dormir en un bus?

Con la mochila en la espalda abandonamos el hotel Bilbao y a su segurata entumecido en la puerta arropado con una manta. El hecho de no estar en el centro juega ahora a nuestro favor porque la estación de autobuses de Cruz del Rayo la tenemos a menos de cinco minutos a velocidad Sonsoles. Ya en la estación, nos sorprende que hay que facturar la mochila, teniendo que entregarla en un mostrador donde te dan un recibo para su recogida en destino.

Los autobuses de largo recorrido se clasifican en función del grado de inclinación de sus asientos, que puede ser de 140, 160 o 180 grados, yendo en estos últimos casi tumbados. En esta ocasión tenemos asientos de 160 grados, en la planta de arriba y justo en la primera fila. Esperábamos tener unas buenas vistas, pero entre las pantallas de entretenimiento que han puesto justo delante y que los cristales están muy sucios por fuera, creo que poco vamos a ver. En pocos minutos nos incorporamos a la autopista Panamericana, esa que recorre de norte a sur todo el continente americano. El autobús nos mece como en una cuna y caemos dormidos.

Nos dirigimos a la localidad de Paracas, a tres horas dirección sur. Cuando ya ha amanecido nos despertamos. Los cristales acumulan condensación por la diferencia de temperatura y aunque retiramos el baho en breve vuelve a aparecer; le tendré que decir a mi yo del futuro que siempre hay que viajar con un escurridor de ducha.

El paisaje que nos rodea es un auténtico desierto, un lugar inhóspito, estamos inmersos en la nada... hasta que llegamos a una pequeña localidad en la que bajamos a una modesta estación de autobuses. Varios señores sostienen carteles con nombres, mostrando en uno el mío, aunque se han liado con lo que es nombre y lo que es apellido, ya que me han puesto Joseba González... ¡Al menos no han puesto Señora Josefa!

Hoy haremos una excursión organizada con la agencia Paracas Explorer, que son los que nos han venido a buscar y en cuyo minibus montamos. De camino al centro paramos en un hotel donde recogemos a un matrimonio, que resultan ser de Vitoria-Gasteiz y con quien entablamos conversación. Llegamos a la agencia, hacemos las gestiones y en breve nos dirigimos al puerto, para tomar un barco que nos llevará hasta las Islas Ballestas.

Como en todas las excursiones organizadas, los guías tratan de buscar un equilibrio entre lo técnico y lo lúdico, para no aburrir a los clientes pero sin parecer poco profesional. Como era de esperar, el joven que va al micro hace los honores y nos presenta al patrón de barco como el mejor conductor; éste ha debido de ir a la misma escuela que el conductor de minibus de Lana Fu, aquella que nos trataba de inducir cansancio porque ella ya vino cansada a guiar la excursión.

Aunque el día está frío y grisáceo, la navegación hasta el archipiélago resulta rápida y cómoda. Nos hemos situado en primera fila, así que tenemos unas vistas privilegiadas de todo lo que acontece. La primera parada es para observar unos lobos marinos que se han encaprichado con subirse a una boya. El guia nos cuenta datos de estos animales indicando que para diferenciarlos de las focas tan sólo tenemos que mirar a ver si tienen orejas, ya que los lobos marinos tienen orejas y las focas no. "¿Preguntas o interrogaciones?" repite el guia cada cierto tiempo.

Uno de los lugares más curiosos es el petroglifo conocido como el "Candelabro" o en ingles según el guía "the candelabre" (pronunciado con una voz de misterio). Tiene unos 180 metros de largo y es de la cultura Paracas; se diferencia de la cultura Nazca en que está tallado en piedra (las lineas de Nazca son sobre la tierra) y, además, aprovecha la ladera de un montículo (en la cultura Nazca los dibujos están en zonas llanas). ¿Cuál es su origen y objetivo? Nadie lo sabe, aunque parece ser obligado establecer algún tipo de vínculo con los extraterrestres para aumentar la intriga y el misterio.

En las islas abundan los pingüinos de Humboldt, unos pájaros llamados zarcillos, pelicanos, cangrejos, lobos marinos, ... Y guanáis, las aves responsables de generar el guano, una caca que es muy cotizada como fertilizante y que solo se permite retirar cada cinco años. ¡El oro de Perú en formato caca! "¿Alguna pregunta o interrogasssion?" añade el guia en cada explicación.







Antes de venir pensábamos que está excursión iba a ser muy floja, con pocos animales que observar en comparación con lo prometido en la publicidad. Sin embargo, ha superado las expectativas, tanto en los paisajes, como en la fauna que se deja ver, como en las explicaciones del guia. Aunque... me surge una duda... ¿Qué diferencia hay entre pregunta e interrogación?

De vuelta al puerto, comentamos nuestras impresiones y nos despedimos del matrimonio patatero (que van a tener tarea con las mil variedades de patatas que hay en el país). Ellos marchan hacia Ica, mientras que nosotros tenemos una segunda excursión a la Reserva Natural de Paracas. Aprovechamos para de desayunar y volvemos a la agencia para comenzar la excursión.

"En breve llegará vuestra movilidad" nos indica una chica del personal. Esperando ver llegar un minibús, nos indican que vayamos a un coche que no puede llegar hasta la agencia porque se está ensayando un desfile escolar. Nos presentan al joven Fernando, que será nuestro guía... guía privado más bien, ya que es sólo para nosotros dos.

Fernando nos da detalles de la reserva, de forma excesivamente tranquila, aunque demostrando que conoce bien lo que nos está enseñando. Estamos en un desierto, sin apenas vegetación ni fauna, pero con unos maravillosos paisajes en los que se combinan los amarillos de la tierra firme con los azules del mar. Una cosa curiosa es que es un desierto de sal y no de arena. Hasta las carreteras son de sal, las cuales al haber sido prensadas parecen de alquitrán.








Visitamos unos cuantos miradores, la Playa Roja, la formación conocida como "La Catedral", el istmo de la península... Varias veces Fernando nos hace examen para ver si estamos orientados y sabemos de dónde hemos venido o donde están las Islas Ballestas... y estamos más perdidos que un milenial sin GPS.

La excursión incluye una hora para comer en el puerto de Las Lagunillas, la típica encrucijada en la que el guia te lleva a un restaurante a cambio de una comisión. Como estamos nosotros solos, le decimos que preferimos continuar sin descanso y así terminar antes. Esto es para que lo considere como una comisión emocional... no se lleva hoy unos soles extra pero podrá irse a casa mucho antes de lo esperado.

De vuelta ya a Paracas comemos un menú del día en el que ya se han agotado algunos platos, la bebida incluida es un té templado, no incluye pan, ni tampoco postre... Un Happy Meal tiene más contenido. Después, vamos auna cafetería donde Pablo pide un chocolate y entabla un interesante simposio sobre el espesor que ha de tener una bebida basada en cacao y azúcar, para finalmente obtener un colacao clarete de hospital. Además, para liberar tensión reprende a una camarera que no tiene otra cosa que hacer que limpiar el techo con un paño. "Chico, no se preocupe" le dice guasona... Es por lo de "chico", ¿verdad?

Volvemos a la modesta estación de autobuses y nos dirigimos a facturar la maleta. Un alemán cuadriculado que aún no sabe que el móvil puede actuar de traducción parece colapsado por no poder comunicarse con el chico del mostrador. Este último le pregunta a Pablo a ver si habla español y Pablo le dice que sí, después de lo cual le indica que le diga al alemán que tiene que comprar otro billete. ¡Ah, pues menos mal que también sé español de Oxford!

Ya en el bus recorremos la región de Pisco por la Panamericana, entre viñedos y plantaciones de patatas salpicados por en el camino. Caigo dormido para despertarme bruscamente en la ciudad de Ica. La escotilla de emergencias se ha abierto bruscamente y unos cables cuelgan por la ventanilla. "Ha roto los cables de la electricidad, que nadie toque nada metálico" dice Pablo aportando orden a la confusión que flota en el ambiente. El autobús avanza lentamente mientras se oye el desgarro del cobre y el país se enfrenta al abismo del apagón. Ésta la ministra Aagesen ni la vio venir.

Continuamos la marcha y llegamos a Nazca con hora y media de retraso, donde nos damos un paseo hasta el hotel, donde al llamar al timbre vemos aparecer de forma estelar al recepcionista, corriendo escalera abajo y resbalando en la curva de Estafeta, cual toro de San Fermín. El hotel es pequeño, pero es tan nuevo que incluso aún no han puesto las barandillas de los balcones. En la habitación han puesto unos carteles indicando que si te apoyas y ensucias las paredes tienes un recargo. Pero, ¿hasta dónde vamos a llegar? ¿A qué te inviten a descalzarte y te den unas pantuflas para que no manches? Eso sí, la reforma les ha quedado genial, enchufes por todos los lados como a mí me gusta, ¿quién les habrá hecho los planos? Nosotros siempre en nuestra linea, pero ahora en nuestra linea de Nazca.

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