17 sept 2025

Machu Picchu

Para llegar a Machu Picchu puedes coger un tren en Cuzco que cuesta más que una semana con todo incluido en el Ritz, un precio totalmente desorbitado para el nivel de vida del país. Después, puedes coger un autobús que te lleva a la entrada del santuario, que también está bastante inflado, pero que vemos cómo mucha gente coge. Nosotros, sin embargo, hemos optado por hacer el Salkantay Trek, una caminata de 75 kilómetros que nos ha llevado desde montañas nevadas hasta valles selváticos por donde discurren ríos con las fuerzas de sus aguas. Pero este peregrinaje aún no ha terminado: toca subir hasta el santuario y lo haremos, por supuesto, andando.


El calor, la pendiente, el polvo, la contaminación de los autobuses, ... nada nos puede parar porque no tendría sentido rendirse ahora. Pero llegamos a la entrada, sudados y cansados, para ponernos en una cola en la que hay mucho Livingstone de autobús y de "pues yo he descansado bien". Pero si algo estamos aprendiendo en este viaje es que somos capaces de sacar fuerzas de cualquier lado, incluso para discutir a las siete de la mañana. Resulta que en la cola de acceso una mujer se ofrece para hacernos de guía y le respondo "es que me gasté todo el dinero con el precio de la entrada"... y empieza la movida. Para ella es normal que hayamos pagado más de cincuenta euros en la entrada, que el tren venga con hipoteca y que hasta para mear haya que pagar. Y es que, por lo que llevamos de viaje, hemos llegado a la conclusión de que se han quedado con la parte moderna del turismo: el TPV; es como si no entendieran que por muy Machu Picchu que sea, tienes que tener una carretera en buenas condiciones, servicios, información, limpieza, ... no se puede presentar el diamante embarrado.

Nos juntamos con Javier y entramos al recinto. Los tres habíamos adquirido el mismo tipo de entrada... ¡Porque hay unas doce diferentes! Que si en la que ves la foto típica, que si la que ves la foto de la terraza de abajo, que si... ¡tuvimos que buscar un tutorial de YouTube para entenderlo! Así que al final, un poco desesperados, cogimos la más cara (que por algo sería) y que incluye subir al monte que está detrás del recinto, el que aparece en todas las fotos.

Se supone que tienes que seguir el recorrido de las flechas del color de tu entrada, en nuestro caso el amarillo. Pero no está del todo bien organizado porque en algún momento terminamos haciendo algún círculo. Por supuesto, no existe ningún panel informativo que te explique qué es cada estancia... para que cojas un guía o no te enteres de nada si no has hecho los deberes en casa.










Este monumento es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y, además, una de las siete maravillas del mundo moderno. La verdad es que es emocionante recorrer los diferentes edificios incas, pero es el entorno el que realmente realza estas ruinas que en plano no serían tan icónicas.

La subida al Wayna Picchu es la prueba final: escaleras angostas y empinadas, mucho calor y mucha gente, lo convierten en un nuevo reto. Pero lo conseguimos de nuevo y, a pesar del esfuerzo, coronamos el monte para tener una visión diferente a la habitual.









Después de disfrutar de esta joya, va siendo hora de desandar el camino: tenemos que llegar hasta Hidroeléctrica para coger el bus que nos devolverá hasta Cuzco y, dado el caos originado por la huelga de trenes, perder ese bus nos pondría en un serio aprieto. Así que nos despedimos de Javier, deseándole un feliz viaje y descendemos hasta la estación de tren.

Los manifestantes están en su momento álgido contra Consettur, debido a la presencia de las cámaras. Pablo se ofrece a ser entrevistado por la RPP, donde sintetiza algunas de las ideas que hemos ido gestando durante el viaje: no se puede cobrar esos precios y luego, encima, dar ese servicio (o no darlo); cuenta resumidamente nuestra experiencia, mientras yo grabo la grabación y observó que al periodista se lo está dejando todo mascadito. Ya hemos salido en la tele japonesa, Antena 3, La Sexta, TVE Extremadura, peruana, ... ¿Nos habremos equivocado de profesión? ¡La cámara nos quiere!

Después del minuto de gloria toca volver a la realidad de tener que andar dos horas por las vías del tren. Llegamos a Hidroeléctrica donde mendigamos algo de comida, debido a que está todo lo cocinable agotado. Y después, cuando ya parecía todo fácil y sencillo, descubrimos que el aparcamiento de nuestro autobús está diez minutos andando más allá. Es todo un poco caótico: hay que buscar el bus y luego que el conductor "cante" tu nombre... ¡Qué rústico! ¡Y qué lento todo! El conductor aún no ha comido, y eso es más importante que salir puntual.

El servicio Platinum deja mucho que desear: salimos con media hora de retraso, la conducción es algo temeraria, la carretera està en obras, ... Acabamos tardando seis horas en llegar a Cuzco, donde dan ganas de besar el suelo. Hace mucho frío, así que, cenamos algo y decidimos no ir al cajero y confiar en que los soles que tenemos nos lleguen para pagar los gastos de mañana. Pero es que no podemos más, estamos exhaustos.

Entramos al hotel donde hace cinco días dejamos las maletas, el okupotel. Tenemos solo cinco horas para dormir, así que decidimos ducharnos antes de dormir. ¡Y que gusto da poder afeitarse! Pablo está dentro de la ducha esperando a que salga agua caliente, que no termina de llegar. Bajo a recepción y me llevo una explicación de cómo funciona el agua caliente... claro, como vengo del futuro donde existen grifos termostáticos, no sé si seré capaz de coordinar una mano para la llave del agua caliente y la otra para la fría. Como sigue sin salir, vuelvo a bajar, y está vez que van a comprobar no-sé-qué; efectivamente ese algo estaba bajado y en 15 minutos ya debería haber. Tras una hora perdida pensamos que tienen termos y que esperaremos a levantarnos para probar suerte... pero al meternos en la cama oímos un sonido repetitivo como de una bomba de presión. Y así vuelvo a calzarme las botas y bajo a recepción... ¡Como una bomba de presión! Les digo con educación y furia que no puede ser que en un hotel no haya agua caliente y que no se pueda dormir porque hay ruidos... ¡Que busque una solución y que hable con su jefe para un reembolso completo! El día de hoy termina en otra habitación, duchándonos con agua caliente y con el precio del hotel devuelto en efectivo. ¡Menos mal que ni fuimos al cajero!


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