30 ago 2020

Aviñón y Nîmes

El día de hoy va a estar repleto de platos fuertes, ya que vamos a visitar un buen puñado de lugares declarados Patrimonio Mundial de la Humanidad por la UNESCO. Visitaremos Aviñón, el Puente del Gard y Nimes, un recorrido de unos 45 kilómetros que esconde varios tesoros de diferentes naturalezas.

Empezamos dando un pequeño paseo por la ciudad fortificada de Aviñón, hasta llegar a su monumento principal: el Palacio de los Papas. Cuando se habla de Papas, siempre pensamos en el Vaticano, pero no siempre fue ahí desde donde gobernó el máximo dirigente de la Iglesia Católica. Antiguamente, los papas residían en el estado pontificio del que eran originarios, y esto causaba muchos problemas. Así que, el papa Clemente V decidió que Aviñón fuese la sede estable de los papas, y, de hecho, siete papas vivieron aquí en el siglo XIV. Al visitarlo, te dan una tablet que te va guiando por las diferentes salas, y, en algunas de ellas, puedes ver a través de la tablet cómo se supone que eran originalmente, utilizando realidad aumentada. Al principio es un poco complicada de utilizar, porque parece que tiene vida propia ya que ella decide de la estancia de la que te quiere hablar; pero poco a poco le vamos cogiendo el truco y descubrimos que tiene hasta un pequeño juego que consiste en buscar objetos por el palacio. Siendo éste el palacio gótico y medieval más grande de Europa, nos sabe a poco la visita, ya que ¡¡se ven muchas ventanitas desde fuera cuyas estancias no nos han dejado visitar!! También echamos en falta que hubiese más mobiliario y objetos para ver; si bien con la realidad aumentada te haces una idea, lo importante de estar aquí es lo que ves con tus propios ojos... y podríamos decir que la visita se reduce a una sucesión de estancias... descomunales. 

El Condado Venesino (donde se encuentra Aviñón), era un estado pontificio y no pertenecía a Francia. De hecho, el río Ródano hacía frontera con lo que era Francia en aquel momento. Sobre el río se construyó en el siglo XII el Puente de Aviñón o de Saint-Bénezet, para conectar la ciudad con el país vecino... pero las crecidas del río lo destruyeron varias veces y desde 1660 está sin reconstruir.

Y ahora, viajamos unos cuantos kilómetros y unos dos mil años en el tiempo... visitamos el Puente del Gard. Los romanos querían en el siglo I llevar agua a la ciudad de Nimes, y para ello Agripa mandó construir un acueducto de 50 kilómetros. Pero, sin duda, el tramo más espectacular es este acueducto sobre el río Gard, que es unas tres veces el de Segovia. Resulta asombroso que hace dos mil años se pudiera construir algo así, motivo por el cual este puente también es Patrimonio de la Humanidad.

Continuamos hacia el suroeste y llegamos a Nîmes, que nos espera también con un par de platos de Patrimonio de la Humanidad. El primero que visitamos es el Anfiteatro o Arena de Nîmes. Este anfiteatro, construido por el emperador Augusto, es el anfiteatro mejor conservado. A pesar de su origen romano, también ha funcionado como palacio-fortaleza, barrio de viviendas, refugio... ¡¡y como plaza de toros!! Desde 1853 se celebran en él corridas de toros, siendo el lugar donde los toreros toman la alternativa, incluidos los españoles. Además, es el único lugar de Francia donde se permite el sacrificio de un animal para un espectáculo.

La visita, en este caso, la hacemos con audio-guía. Si bien el anfiteatro es lo que se ve por fuera y lo que ya nos imaginábamos por dentro, resultan muy enriquecedoras las explicaciones que se ofrecen. Te explican que, los días que había espectáculo, se empezaba con caza de fieras, luego hombres luchando con fieras, sacrificio de condenados y luego lucha de gladiadores. El cine nos ha hecho creer que en los espectáculos siempre acaba muriendo uno de los luchadores... y eso no era algo habitual. Los luchadores eran profesionales y se preparaban durante años en escuelas precisamente para estos espectáculos. Es más, ellos pertenecían al propietario de la escuela; si un luchador había sido muy malo luchando era cuando se podía elegir excepcionalmente si perdonarle la vida o no; pero en pocos casos se decidía sacrificarlo, ya que entonces se le tenía que pagar al propietario de la escuela por la pérdida que eso le suponía. Por otro lado, en torno al mediodía, era cuando se echaban los condenados a muerte a las fieras, algo que la gente no solía presenciar a excepción de las clases más bajas que se quedaban para no perder el sitio. Así que, los romanos no eran sanguinarios como los pinta Hollywood... eran espectáculos de lucha como quien asiste ahora a torneos de boxeo.

Y ya que estamos con la historia de la antigua Roma, visitamos otro monumento también Patrimonio de la Humanidad: La Maison Carrée. Éste es el único templo del mundo antiguo conservado en su totalidad... Dos mil años y ¡¡ha llegado hasta nuestros días!! A veces me pregunto si algo que haya creado nuestra generación conseguirá durar también dos mil años...

Hoy es domingo, así que están todas las tiendas cerradas y hay menos ambiente en la calle. Así que, damos un último paseo para ver los Jardines de la Fuente, que son unos de los primeros jardines públicos de Europa, y el Templo de Diana, un enigmático santuario imperial del que se desconoce su función exacta.

De vuelta hacia el coche, vemos un poste con distancias a diferentes ciudades. ¿Qué diríais que está más cerca, Roma o Madrid? Pues, ¡¡estamos más cerca de la capital italiana!! ¿Quién lo diría, verdad?

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