31 ago 2021

Bandera roja en Kosovo

Amanece muy temprano y en torno a las seis de la mañana la luz se escurre entre los cortinajes para recordarnos lo importante que son unas buenas persianas, de esas que encajan perfectamente hasta que no se ven las "rayitas". Ya despierto, abres la ventana y en el exterior ves altas montañas, verdes prados, un tractor por la carretera y sientes el frescor matutino de un día de verano, y piensas... "es como estar en una casa rural". Cierras la ventana y en el interior ves el doble cortinaje, la lámpara de araña y los muebles recargados, y piensas... "es como estar en casa de los Heredia". Y luego bajas al restaurante a desayunar, con sus paredes de madera, alfombra de piel de oso, trofeos de caza y un barco en una urna... y piensas, "como en Doctor en Alaska". Pero no, seguimos en Kosovo, todo un cóctel de sensaciones.

Nuestra primera visita del día es el Monasterio Patriarcal de Peć. Para entrar en él hay que pasar un control de seguridad en el que te toman los datos del pasaporte y te vigilan mediante cámaras, ya que está amenazado por los albano-kosovares. Este monasterio es la sede del patriarcado de la Iglesia Ortodoxa Serbia y en él están enterrados los arzobispos y patriarcas serbios. Lo que son las cosas... con las fronteras actuales resulta que la sede ha quedado fuera del país que rige y, sobre todo, para acabar rodeada de la más absoluta indiferencia por parte de la mayoría de ciudadanos del país.

Por fuera puede no parecer gran cosa y uno no acaba de comprender por qué es Patrimonio de la Humanidad. Sin embargo, al entrar dentro y ver sus cuatro capillas, uno queda fascinado por sus frescos de hace siete siglos. Habíamos leído que las monjas del monasterio son muy simpáticas, pero parece que hoy no han desayunado perrunillas y se limitan a abrirnos la puerta y decirnos 'no photo', para luego abandonarse a los rezos.

La ciudad de Peć está exactamente igual que mis intestinos: con un atasco que no es normal. Ya ayer sufrimos el caótico tránsito de los coches, que salen de todas partes para no ir a ninguna parte: estás pegado al coche de delante y otro, que sale de la nada, se cuela entremedias para luego quedarse en doble fila unos cuántos metros más allá. Lo mejor es confiar en el libre albedrío, y pensar que, ni el camionero que entra en la calzada sin mirar, ni el que va hablando por el móvil, ni el que te adelanta por el arcén, ni el que pega el acelerón para adelantar una posición, ni el que lleva a niños de copilotos, ni un largo etcétera de infractores compulsivos van a tener que rellenarte el parte amistoso de accidente. Eso sí, los más interesados entendemos que son ellos, porque la mayoría de chungo-vares van en Audi, Mercedes y BMW. Pero, ¿de dónde han sacado esos bugas tan molones? ¿Y por qué tienen matrículas de los países más ricos de Europa? Una de dos... o ellos se lo han sabido montar o Indra y Mondelez no están haciendo algo bien.

Nuestra segunda visita de hoy es otro monasterio también serbio y también Patrimonio de la Humanidad: el Monasterio de Visoki Dečani. Para acceder a él, también hay que dejar el pasaporte, en este caso a unos soldados austriacos de la KFOR, que es un cuerpo militar supervisado por la OTAN para mantener la paz en Kosovo. El monasterio, aunque tiene también unos 700 años es totalmente diferente al de Peć, ya que por fuera se parece más bien a una iglesia renacentista italiana. Por dentro, los frescos son sublimes, habiendo mantenido el color y la energía originales. Un monje que anda por allí entra en conversación con nosotros y nos explica los diferentes santos, las escenas de la Biblia, la liturgia ortodoxa y que allí están las reliquias del rey serbio Stefan III. El monje montenegrino también nos cuenta la situación de peligro a la que están sometidos, detallándonos las granadas que les han lanzado cada año y los graffitis que les han pintado, así como las trabas burocráticas que el propio Gobierno les impone, con el objetivo de minar su perseverancia para conservar este lugar. Los monumentos Patrimonio de la Humanidad del país son de origen serbio, ¿y justo el Gobierno kosovar quiere acabar con lo más importante que tiene el país? ¿Y qué van a ir a ver los turistas? ¿El tráfico estreñido de Peć?

Además del tráfico, una cosa que también tiene su punto son las tiendas de carretera. Les chiflan las columnas, las balconadas y las arañas de cristal a las entradas de las tiendas. Al más puro estilo de Salones la Noria, puedes encontrar una tienda de construcción, una tienda de iluminación o de comida para el ganado. Y no hablemos de las casas que parecen una copia barata de la Casa Blanca y de la que parece que va a salir el Príncipe de Bel-Air. Aquí se requiere la ayuda de Arquitectos Sin Fronteras ipso facto.

Casi de casualidad, encontramos en ruta el Puente Terzi, un largo y bien conservado puente de la era otomana que no habíamos conseguido ubicar en el mapa. Después de las fotos de rigor, decidimos cambiarnos los vaqueros por unos pantalones cortos, ya que esta mañana nos habíamos vestido "de largo" para no tener ningún problema a la hora de entrar en los monasterios. ¿Cuánto tarda uno en cambiarse unos pantalones? ¿Cinco minutos máximo? Pues ése ha sido el tiempo para que de la nada aparezca un hombre muy extraño que al vernos cambiándonos en el coche se haya montado su propia película y haya cuestionado hasta la bulgariedad de nuestra matrícula. Si sois unos psicópatas vale, pero como seáis serbios... ¡¡porque kosovski good!!

Pasado el mediodía llegamos a Prizren, la cual es, sin lugar a dudas, la ciudad más bonita y turística de todo el país. El antiguo bazar es un entramado de calles en cuesta en la que se mezclan tiendas, cafeterías y templos religiosos de diferentes confesiones. Es, salvando las distancias, como un Toledo en miniatura y con un pasado con menos "armonía inter-religiosa". Sus mezquitas, iglesias y calles entretenidas son todo un reclamo, pero lo que te llevas grabado en la retina son los quemazones del brilli-brilli presente en todos y cada uno de los escaparates de una calle dedicada a vestidos de novia. Menudo museo de los horrores... trajes cada cuál más estrambótico, damas de honor disfrazadas de verdaderas brujas y joyas de oro que parecen sacadas del Tesoro de Guarrazar. Vamos, todo lo necesario para que en tu día más especial te digan "No quiero".

Con el sol de media tarde salimos de Prizren para dar fin a nuestra tournée por Kosovo y empezar una nueva por Albania. Nada más llegar a la frontera vemos que algo no cuadra: el control de pasaportes de Kosovo está cerrado y las banderas de los dos países limítrofes están intercambiadas. Siguiendo al resto de vehículos, esperamos nuestro turno en la cola de la aduana albanesa y, cuando nos toca le damos al parco oficial nuestros pasaportes y la documentación del coche. Una vez revisada nos la devuelve... pero ¿ha habido percusión de sellos? Ante la duda, revisamos los pasaportes y comprobamos atónitos que no hay ni sello de salida de Kosovo ni sello de entrada en Albania. La fusión por absorción es inminente y no va a haber nada capaz de refrigerar la reacción en cadena... ¡¡funcionan como un país y es como si hubiésemos cambiado de provincia!! Pero claro, nuestro pasaporte narrará la historia de cómo nunca salimos de un país al que entramos y cómo salimos de uno al que nunca entramos... ¡¡Auténtica Mágia Borrás geográfica!!

Y ahora ya podemos decir que estamos en Albania o, visto lo visto, en la Gran Albania. Como el día ha sido de tráfico intenso y de kilómetros de carretera, acabaremos el día viendo el atardecer tranquilamente en la laguna de Patok. Esta zona costera es como Dénia pero quitándole los bloques de apartamentos, el puerto deportivo, el paseo marítimo y la fideuá. ¡¡Ah y los TPV porque ninguno de los sensacionales restaurantes con casetas independientes donde cenar sobre el agua admiten pagar con tarjeta de crédito!! Como no nos hemos hecho aún con un buen fajo de leks albaneses, nos vamos al hotel donde sí que cenamos y recargamos pilas para mañana descubrir Shqipëria.

1 comentario:

  1. Me alegro de que lo estéis pasando bien. Cada vez hacéis más ameno y entretenido vuestro blog.

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