29 ago 2021

Un día en Skopje

Es verano y hace calor, por lo que con una sábana basta para pasar la noche. Pero, por poca ropa de cama que sea, ¿podían dejarla ya colocada, no? En los dos hoteles en los que hemos dormido ha ocurrido lo mismo: te dejan encima de la cama la sábana plegada junto a las toallas y, ya si eso, llamas a Jorkely. Aunque, ya puestos, que dejen cuatro sábanas más, para tapar la tele con su lucecita, para tapar el teléfono con su lucecita, para tapar el conector de la luz con su lucecita y para tapar la ventana porque no hay persiana; y así, si te levantas a media noche, es como moverte por una escena de Los Otros.

El desayuno del hotel se sirve en la quinta planta, donde hay un restaurante acristalado con unas magníficas vistas y desde donde constatamos que estamos en pleno centro de lo que es el antiguo bazar. Se divisan diversos minaretes, la fortaleza de Skopje y las callejuelas que están tranquilas por ser domingo. De hecho, hasta el desayuno tiene un aire otomano, porque hay quesos, ensaladas, aceitunas y hojaldres salados, pero escasean cosas dulces.

Skopje ha sido la capital de Macedonia desde su separación de Yugoslavia en 1991. Antes, era la capital de la república homónima, una de las seis que formaban el país, aunque ésta era bastante modesta y poco relevante. Sin embargo, al pasar a ser la capital de un estado soberano, esta ciudad de algo menos de 700.000 habitantes tenía que, de alguna forma, conseguir cierta majestuosidad, distinción y carisma.


Así que, en 2014 empezaron con un plan para embellecerla, dotarla de edificios gubernamentales y darle un aire selecto al nivel de otras capitales europeas. Pero parece que se les fue un poco de las manos... en torno a la plaza Macedonia construyeron toda clase de edificios habidos y por haber: asamblea, museos, teatro, ópera, filarmónica, ministerios, empresa pública de electricidad y la del agua, ayuntamiento, gobierno... Todo en un estilo común que podríamos denominar como re-neo-clásico: columnatas, capiteles y cúpulas en blancos edificios que forman un conjunto bastante artificial. De hecho, desde que vimos un reportaje sobre las capitales de ex-repúblicas soviéticas en Asia, a todo edificio que mezcla un toque clásico, con imitación de mármol blanco y cristal opaco, lo llamamos de estilo Tashkent. Y Skopje se podría decir que es muy Tashky!!!

Pero bueno, lo de los edificios vale. Al fin y al cabo, supongo que cuando los arcos de medio punto se empezaron a terminar en pico también se pondría el grito en el cielo y, a día de hoy, nadie cuestiona el gótico; así que igual el día de mañana este estilo acaba siendo digno de estudio. Pero, lo que es muy freaky son la ingente cantidad de esculturas que hay. En cada puente, en cada edificio, al borde del río, en los balcones, en las azoteas... todo un ejército de ilustres personajes hechos en mármol, piedra o bronce te observan desde todas partes. De hecho, muchos macedonios se manifestaron en contra del dineral que se invirtió en hacerlos y son partidarios de quitarlos, ya que, por lo visto, hasta para ellos muchos de esos personajes y sus legados son totalmente desconocidos.

Eso sí, seguro que de entre todos los personajes hay dos que conocen y tienen presentes a diario: los hermanos Cirilio y Metodio. ¿Os acordáis de la socorrista que mezcló mal los líquidos de piscina y la "lió parda"? Pues estos dos hicieron lo mismo pero con los alfabetos: como griegos, coptos y hebreos escribían diferente, cogieron sus letras y las mezclaron para crear primero el alfabeto glagolítico y luego, como no habían tenido suficiente, el cirílico, que es el que utilizan muchos países eslavos (Rusia, Bulgaria, Ucrania, Bosnia, Serbia, Macedonia...). ¡¡Pero qué necesidad había si en el siglo nueve ya estaba rodado el alfabeto latino!! Porque oye, si ves caracteres chinos ni lo intentas... pero en el cirílico, como muchas letras son como las nuestras, te lanzas a leer hasta que te encuentras con el símbolo del marcianito, la R al revés o el "ahorcado", y ahí tus ojos hacen un Marujita Diaz. Luego, una vez que sabes la correspondencia de caracteres, no es tan complicado, y cuando ves 'Универзитетот' lees 'Univerzitetot', en 'автобус' lees 'avtobus', y en 'Coca-cola' lees 'Sosa-sola' porque ya vas lanzado. 

Macedonia durante años ha tenido un problema de identidad con su vecina Grecia, precisamente por su nombre. Los griegos dicen que la antigua Macedonia era lo que hoy compone una de sus regiones; los macedonios actuales dicen que no, que era lo que hoy en día es su república. Al no estar claras las fronteras de la Macedonia clásica, Grecia no permitía que su país vecino se llamase Macedonia, por lo que finalmente tuvo que adoptar el nombre de República de Macedonia del Norte. Y, como con la historia hemos dado, ¿dónde nació entonces Alejandro Magno el rey de Macedonia, Grecia, Persia y faraón de Egipto? Como Macedonia lo asume como propio, construyó una gigantesca estatua ecuestre en pleno centro de Skopje, lo cual fue considerado por Grecia como una grave provocación... así que, para calmar tensiones, se terminó por bautizarla simplemente como "Guerrero a caballo". Aunque blanco y en botella... La que sí que tiene el nombre que le corresponde es la de su padre, Filipo II de Macedonia, del cual parece que sí que hay constancia de que fue de estas tierras.

Hablando de personajes históricos importantes de verdad, aquí nació una mujer que sí que fue una heroína y guerrera incansable aunque, en su caso, en favor de los menos afortunados: la Madre Teresa de Calcuta. Pues sí, aunque de ascendencia albanesa, la fundadora de las Misioneras de la Caridad en Calcuta, Nobel de la Paz y considerada Santa desde 2016, nació en esta ciudad. El Gobierno Macedonio, en su afán de enriquecer su historia y reducido patrimonio, ha construido una reproducción de la casa en el lugar donde Agnes Gonxha Bojaxhiu fue bautizada.

Visitar Skopje es como visitar un parque temático de la historia porque hay un poco de todo: una fortaleza medieval, un bazar musulmán, iglesias ortodoxas, mezquitas, edificios gubernamentales, bloques comunistas, un centro judío, ... y todo en una armonía algo freaky. Eso sí, como todo parece estar cerca, nos hemos pasado el día caminando y, estamos agotados. Además, se cumple nuestra teoría de que el tercer día del viaje es en el que más piltrafilla te sientes; y, como prueba de ello está el hecho de que nos quedamos dormidos en un banco, frente a la Catedral de San Clement de Ohrid, donde se celebra una boda.

Skopje nos ha parecido un lugar realmente interesante, una mezcla de estilos, culturas y formas de ver la vida, juntas pero no mezcladas. El día va tocando a su fin y, con el muyahidin cantando al rezo y los gatos haciéndonos ojitos, cenamos un plato típico de alubias con embutido... para ir ligeritos a dormir. Hoy prontito a la cama, porque mañana volvemos a cambiar de país y, como ha dicho Pablo, porque el desayuno tiene hotel.

1 comentario:

  1. Pues no sabía nadaaaaa de lo que habéis contado, me ha encantado chicos... Me ha faltado la foto dormidos en el banco con la babilla en la boca jjjj. Precioso viaje, gracias por compartirlo.

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