Otro de los puntos importantes del Santo Sepulcro es la Roca del Gólgota o del Calvario. Sobre esta roca fue crucificado Jesús y por una pequeña abertura bajo el altar se puede tocar esa misma roca. Aunque todo está diferente con respecto a hace dos mil años, parece que hay evidencias decisivas que demuestran que las rocas del calvario, la unción y la tumba son los emplazamientos reales de los momentos previos y posteriores a la muerte de Jesús en la cruz. Se sea creyente o no, este lugar no te deja indiferente.
La Iglesia del Santo Sepulcro esconde muchos rincones interesantes, como por ejemplo la capilla de Santa Elena, quien, sin haberse sacado la carrera de arqueología, supo determinar qué cruz entre varias fue la verdadera de la crucifixión... ¡¡una tía lista!! Visitamos también el tejado, donde hay un monasterio etíope y otro sitio que la gente no suele visitar... la Iglesia Ortodoxa Copta de Santa Elena en la que hay un aljibe enorme con un eco sorprendente. Está visto que nos encanta meternos en las cavidades subterráneas que la ciudad esconde.
La ciudad vieja de Jerusalén se divide en cuatro barrios: cristianos, judíos, armenios y musulmanes. Hemos visitado ya un poco de los cuatro, y, tenemos que decir, que el de los musulmanes es el más dejado, ya que lo han convertido prácticamente en un zoco. En el judío visitamos la Sinagoga Hurva y las Cuatro Sinagogas Sefardíes, en donde resulta que el de la entrada es un judío de Albacete que se ha venido a vivir aquí. Aprovechamos a preguntarle algunas dudas que tenemos. Entre ellas, que para qué es una especie de cajita que llevan en la frente; nosotros pensábamos que era para no golpearse la cabeza al orar en el muro de las lamentaciones pero resulta que es que llevan la toráh para tener siempre en mente las leyes sagradas.
Y de nuevo nos metemos bajo tierra porque se está muy fresquito. En este caso en San Pedro in Gallicantu, donde se supone que Pedro negó a Jesús tres veces antes de lo que canta un gallo. La Iglesia es muy bonita, pero el lugar más importante es que, en la parte inferior está la prisión de Jesús, donde estuvo encerrado antes de ser juzgado. Muy cerca de esta Iglesia, se encuentra el Cementerio Católico, donde se encuentra enterrado Oskar Schindler, quien salvó a 1.200 judíos y cuya fábrica visitamos años atrás en Polonia.
Se está poniendo ya el sol ¿y qué está pasando? No paran de verse grupos de ultra-ortodoxos calle abajo, con cara de prisa y con sus mejores galas... ¿a dónde irán? Empieza el shabat, que dura desde la puesta del sol del viernes hasta la puesta del sol del sábado. En Jerusalén se juntan para orar, charlar y festejar en el Muro de las Lamentaciones, y verlos allí es una experiencia.
El día se nos ha pasado volado, y con tanta actividad ni hemos comido, así que vamos dispuestos a homenajearnos con una buena cena... ¿pero dónde? ¡¡Está todo cerrado!! Definitivamente no he heredado los genes de mi aita para saber localizar desde primera hora un buen restaurante donde comer, pero hasta él lo tendría difícil en un país que se paraliza totalmente durante el shabath... ¡¡no funciona ni el transporte!! Cansados, hambrientos y con un largo camino hasta el hotel, ¿acaso no es una segunda Vía Dolorosa? Hagamos la penitencia, ¡¡que todo tiene su recompensa!!
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