Tercer y último día en 'la ciudad de la paz', que es lo que significa Jerusalén (jeru=casa y salom=paz). ¿Qué nos queda en el estrel? ¡¡¡¿¿¿Todo eso???!!! Venga, ¡¡a por ello!! Empezamos por la zona nueva de la ciudad, donde, por cierto, vemos que los edificios los hacen de hormigón y no de ladrillo (¿será para que Hamás jamás los destruya?). En esta zona nueva, llena de parques y jardines está el parlamento de Israel, llamado Kesnet, y por supuesto rodeado de seguridad. Pero, como nos encantan las peculiaridades, lo que más nos gusta es un Menorá gigante, que es un candelabro de siete brazos que siempre está presente el los ritos de los judíos. No nos engañemos... seguro que lo utilizan para visitar todos los subsuelos de la ciudad ¡¡La luz que nos hubiera dado ayer!!
Pero bueno, en esta ciudad histórica, dejemos las banalidades. Como todavía es Shabat y no hay transporte, nuestros cuatro taxis nos llevan al centro, dos patitas por cintura. Empezamos por la Torre de David... ¿Es aquella la torre? No, se llama así a toda la Ciudadela; ¿Era del Rey David? No, fue la casa de Herodes el Grande. O no carburo, o es que soy muy básico, pero... ¿no sería mejor llamarla la Ciudadela de Herodes? El sumum de la confusión viene cuando, en la oficina de turismo preguntamos que qué significa una raya ancha esculpida en el suelo... una joven con demasiado rímel ríe porque piensa que nos referimos a la separación entre acera y calzada... pero se queda cortada cuando reconoce que no sabe algo que está frente a su lugar diario de trabajo. Esta consiguió la plaza por 'oposición' y se ve claramente: NO estudiaré, NO sabré y NO informaré. Pero volviendo a la Tor... bueno, al sitio que íbamos a visitar... Aunque ver murallas está muy bien, las vistas es lo más llamativo, son una maravilla.
Seguimos por el barrio Cristiano, ¿o era el Armenio? Quién haya estado aquí nos entenderá porque esto es un laberinto. Visitamos, un poco pasando sin llamar, la Iglesia Ortodoxa Siria de San Marcos (esto he tenido que buscarlo porque cada vez tengo más lío con los santos), que es otro de los sitios donde dicen que se celebró la última cena. Es una lástima, pero en el basement, están haciendo la reno... ¿Love it or list it? Hay callejuelas que son un remanso de tranquilidad y en las que, como mucho, te cruzas con un gato. Sin embargo, es hacer izquierda, derecha, izquierda, y te encuentras en una marabunta, como en la mayoría de las calles de la zona musulmana... vamos, que han plantado un zoco en toda regla. Es pintoresco, pero... ¡¡De Rabat a Riad, el zoco es igual!! (del refranero Josebero).
Llegamos a Belén (donde 'el portal') y bajamos del autobús y... pongámonos en situación... bajamos cuatro... mmm... digamos que de 'tez blanca'... y en plena parada del bus hay 4 o 5 taxistas caza turistas... empiezan con los 'jelofren, holamigo, wheryufrom', continúan con el 'taxi to center, yugrongüei, trikilometres'... miro hacia atrás y dos han caído... perseguimos a una chica y un chico pelirrojos (Pablo es moreno, así que ellos dan más el cante)... cuesta arriba por... como no... ¡¡un zoco!! Nadie en pantalones cortos... y yo con unos cortos ¡¡y rosas!! (quién ha jugado a la moda este año que lo crujo). Eso sí, estas Navidades como vea un pastorcillo y sus ovejitas dirección al pesebre... ¡¡le prendo fuego!! Porque... ¡¡mieeeeeennnnnnteeeeeeennnn!! Me extrañó que esta ciudad estuviera hermanada con Leganés, pero lo voy entendiendo.
En unas tiendas donde no nos acosa compramos unos recuerdos... ¡¡¿¿qué va a ser??!! ¡¡Pues unos belenes!! Visitamos también la Gruta de la Leche donde leemos que las mujeres van a rascar la pared para poder tener leche, amamantar a sus hijos y éstos crezcan fuertes. Y también comemos unos pita de falafel, que son croquetas de garbanzos fritas (quién haya puesto cara de extrañeza que sepa que están muy ricas y las hacen artesanalmente). Toca desandar los trikilometres hasta la parada de autobús y volver en otro abrir y cerrar de ojos: sí, he vuelto a caer. Ya ha terminado el shabat de los judíos y se empieza a ver gente de fiesta (más pagana, eh?).
Finalizamos el día de nuevo en la Torre de David, ya que cogimos una entrada combinada que incluye un espectáculo nocturno de música y luces que, proyectadas en la ciudadela, narran con imágenes la historia de Jerusalén. Nosotros hemos condensado toda esa historia en tres días, y, sigo pensando que aún no hemos asimilado todo lo que hemos visto... necesitaremos revisar las fotos cuando volvamos para ser conscientes de la importancia de los lugares que hemos visitado. Toca volver al hotel. Hoy hay tranvía, pero no tenemos cambio para la máquina y se torna imposible conseguirlo. Un último paseo hasta el hotel y a descansar. Pablo, ¿cuántos ultra-ortodoxos vas a contar hoy?
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