Tras una hora de trayecto llegamos a Jerusalén, donde ya es de día y la mañana está fresca. Dejamos la mochila en el hotel y cogemos el tranvía dirección a la ciudad vieja... ¡¡qué emoción!! Estamos en una de las ciudades más antiguas del mundo, con más de 4.000 años de historia, y que es ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas más importantes: musulmana, judía y cristiana. Se sea creyente o no, la ciudad es importante para todo el mundo, pues es la cuna de nuestra civilización y la religión forma también parte de nuestra historia. Hay muchísimas cosas para ver, pero es un destino algo complicado, pues cada sitio tiene un horario diferente y abre días diferentes. Como ya contábamos con ello, nos hicimos un planning en excel para no perdernos nada... Lo sabemos, esto se nos está yendo de las manos...
Entramos en la ciudad vieja y llegamos hasta el Muro de las Lamentaciones. Sin embargo, por ahora no nos detendremos en él. Tras un control de seguridad entramos en el Monte del Templo, lugar con una turbulenta historia: aquí, estaba el templo sagrado de los judíos, donde Herodes el Grande construyó posteriormente el segundo templo; los romanos lo destruyeron, quedando sólo el muro oeste, al cual acudían los judíos a lamentarse por la destrucción del templo, y de ahí que se denomine el Muro de las Lamentaciones. Por otro lado, para los musulmanes este lugar también era sagrado, ya que se supone que desde aquí Mahoma ascendió a los cielos con el ángel Gabriel en su 'Viaje Nocturno'... ¡¡Anda, otro que madrugaba para viajar!! El caso es que los musulmanes se hicieron con el lugar y no permiten a los judíos ni tan siquiera pasar al recinto, ya que éstos quieren construir ahí el tercer templo, pues creen que su mesías llegará a la tierra accediendo por la Puerta de Oro, la cual han tapiado los musulmanes. Esto es un 'quítate tú para ponerme yo', ¿no?
Abandonamos la ciudad fortificada por la Puerta de los Leones para dirigirnos al Monte de los Olivos, lugar lleno de acontecimientos bíblicos. El primer lugar donde paramos es la tumba de la Virgen María, lugar que ha permanecido durante siglos intacto, pues los musulmanes también la veneran. Muy cerca se encuentra la gruta de Getsemaní, donde se dice que Judas traicionó a Jesús.
Seguimos con la Biblia como guía turística y paramos en la Iglesia de la Agonía. Este nombre se debe a que aquí oró Jesús la noche en la que fue arrestado. En su interior hay una piedra que se supone es el lugar exacto. El edificio actual data de 1924 y es conocido también como la Iglesia de las Naciones, pues muchos países aportaron dinero para su construcción. En la fachada, las cuatro esculturas representan a los cuatro apóstoles de los evangelios.
Muy cerca se encuentra el Huerto de Getsemaní, a donde Jesús solía ir a rezar huyendo de la ciudad. Curiosamente este es uno de los lugares más importantes de Jerusalén... ¿que por qué? Todas las iglesias y monumentos de la ciudad, sean más o menos imponentes, más grandiosos o más humildes, fueron construidos después de la muerte de Jesús. Sin embargo, en este huerto hay olivos que ya existían en la época de Jesús y que pudieron ser testigos mudos de los paseos de Jesús y los apóstoles; de hecho, algunos olivos han sido datados de hace más de tres mil años. Un aceite de esas olivas, ¿se podría considerar virgen super-extra?
Seguimos el ascenso por el Monte de los Olivos y visitamos la Iglesia Ortodoxa Rusa de Santa María Magdalena, con sus siete cúpulas doradas y unos bonitos jardines. En la ladera del monte también se encuentra el Cementerio Judío: es uno de los más caros del mundo porque, según la creencia, es donde se producirá el Juicio Final y la Resurrección de los Muertos, y claro, mejor ser de los primeros en resucitar que luego hay colas en el baño. Un poco más de cuesta y llegamos a la Dominus Flevit, el punto desde el que Jesús lloró al ver en lo que se estaba convirtiendo Jerusalén.
Al final de la escalera vemos una luz cegadora... no, no es Dios, sino los rayos del sol que nos fríen los ojos después de haber estado casi a oscuras; y no lloramos de la emoción, sino porque nos pican los ojos 'que no veas', nunca mejor dicho. Seguimos subiendo la cuesta y llegamos a la Iglesia del Pater Noster. En este lugar es donde Jesús enseñó a los Apóstoles el rezo del Padre Nuestro. Es un lugar muy curioso, porque, realizados en cerámica se muestra el Padre Nuestro en más de 60 idiomas. Conseguimos encontrar el rezo en Euskera, Catalán, Gallego, Aragonés, ... ¡¡y sin embargo nos vamos sin verlo en Castellano!!
Continuamos la ascensión hasta la Ascensión, valga la redundancia, porque en la cima del Monte de los Olivos se encuentra una mezquita donde se dice que Jesús ascendió a los cielos cuarenta días después de su resurrección y donde dejó una huella. En la piedra no sabemos si lo que vemos es una huella... pero en lo que sí dudamos es del lugar... si estaba por ascender, ¿no podía haberse ahorrado la cuesta? Yo hubiese despegado más abajo, ¿no?
Seguimos con nuestro excel para días estresantes (lo llamaremos estrel) y llegamos a otro lugar clave en la historia de Jesús: El Cenáculo. Se trata de una sala donde supuestamente tuvo lugar la Última Cena y, en consecuencia, donde se estableció la Eucaristía. Pablo, tras varios minutos en silencio, espeta '¿Pero cómo colocaron la mesa para trece?'. Yo supongo que, ni la sala tenía la forma actual, ni posiblemente cenaran en mesa, a pesar de que siempre se representa así. Digo yo que, si fue algo improvisado, sería más tipo pic-nic, no?
Siendo el tercer día que hemos dormido menos de seis horas y tras horas caminando, '¿vamos a la iglesia de la dormición?' podría interpretarse como '¿vamos al hotel a descansar?'. Pues no, resulta que es otra iglesia, en este caso la de la muerte de la Virgen María, que, como era divina, no se murió sino que se quedó traspuesta, pero eternamente.
Hoy hemos visto tantas cosas que apenas hemos tenido tiempo para asimilarlas. Y es que, ni la cabeza ni los pies nos dan para más... nos vamos al hotel donde nos espera una ducha y una cama... y nuestra gran sorpresa es que ¡¡nos han traído las maletas!! Hoy dormiremos por fin... ¡¡con pijama!!
Que pasada....me dais una envidia!!
ResponderEliminarQue bien os sientan las vacaciones. Se os ve relajados y felices.me alegro muuuuuuuucho. Un musu ����������
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